El 25 de junio de 1914, en el barrio Rondizzoni cerca del Club Hípico, nació Óscar Nicomedes Vásquez Guzmán, quien luego firmaría sus publicaciones con tan sólo el segundo nombre y apellido.
Cien años han pasado desde el nacimiento del escritor que retrató a los sectores más pobres y marginados de Chile, siguiendo la senda de Manuel Rojas, y cortando con el naturalismo literario que representaba al sector rural como los más vulnerables.
Su obra está marcada por las experiencias que tuvo a lo largo de los 50 años de vida (murió el 26 de junio de 1964), en la que ejerció como carpintero, secretario, acarreador de cajas, ayudante de chófer, encuadernador, entre otros varios rubros que le permitieron conocer los problemas del proletariado.
Para conmemorar este día se están realizando una serie de actividades que celebran a Nicomedes Guzmán y que pretenden acercarlo a los más jóvenes. Esta es la apuesta de su hijo Pablo Vásquez, quien desde marzo de 2013 está organizando la iniciativa con un grupo de colaboradores.
La idea es volver a poner en la palestra al escritor, tal como ocurriera antes de 1973, cuando sus novelas eran utilizadas en los textos escolares como referente para que los estudiantes comprendieran el siglo XX nacional. Para lograrlo reeditaron los libros Los hombres oscuros (1939) y La sangre y la esperanza (1943) a través de LOM ediciones.
“Retrató a la familia proletaria, a los desposeídos que estaban en lucha en ese tiempo para lograr mejor destino para sus vidas. Rescató sus historias o lo que vio para plasmarlas en sus escritos”, dice su hijo Pablo respecto de los textos.
Relevancia
Perteneció a la llamada generación del 38, donde compartió con Francisco Coloane, Volodia Teitelboim, Gonzalo Drago y algunos pertenecientes al grupo Mandrágora, que se caracterizó por su interés en los conflictos sociales.
Guzmán, en tanto, desde pequeño se interesó en este tipo de temas. No es casualidad que la exposición fotográfica que se inauguró este martes lleve por nombre 100 años de Nicomedes Guzmán, el liberador de pájaros, que se basa en la historia infantil del escritor cuando solicitó a su madre que le comprara una jaula con un canario en la feria, para, inmediatamente después de obtenerlo, dejarlo volar.
“La exposición es un esbozo de su vida a través de la fotografía. Va desde su niñez en el barrio Mapocho, su adolescencia en Mapocho y Quinta Normal y su incorporación a la literatura, la que fructifica en 1938 con el libro de poesía La ceniza y el sueño. Además, se incluyen las portadas de sus libros”, cuenta Pablo Vásquez.
Hijo de obreros, Guzmán se hace al oficio de escritor a través de la lectura y “por la necesidad de contar desde adentro la vida de los pobres asalariados de la ciudad”, afirma Silvia Aguilera de LOM Ediciones. Es eso lo que se pone en contexto en las 15 placas de la exposición que, definitivamente, “tiene un sentido libertario y es una imagen poética”, agrega.
“Es una literatura que emerge en un contexto de ascenso en las luchas sociales y es un buen reflejo de su época. Es una literatura comprometida y militante, porque él planteó que la literatura debía contribuir a la justicia y la paz”, sostiene la editora, quien solicita a los colegios trabajar con esta materia de motivación literaria e histórica.
Lo mismo asegura su hijo, quien compartió con el escritor hasta los 14 años. “Pasé los últimos tres meses junto a él, como un lazarillo, estaba muy enfermo y necesitaba compañía y yo gustoso, porque a los ocho años fui al primer taller de escritores patrocinado por la Universidad de Concepción y en 1954 fuimos a la celebración de los 50 años de Pablo Neruda en su casa en La reina. Hay una foto con Neruda, mi padre y mi hermano, Darío, comiendo una empanadita. Él era una persona con mucha historia”.
Otras actividades
También, se instalará una placa conmemorativa en el Liceo de Aplicación, ex colegio nocturno Federico Hanssen, lugar donde hizo sus humanidades entre 1933 y 1935. Además, se colocará un recordatorio en la casa donde vivía en Quinta Normal y se le pondrá el nombre a la población que lo alojó con su familia en la misma comuna, que pasará a llamarse Polígono Nicomedes Guzmán en su honor.