Cerca de tres horas estuvieron reunidos la mesa directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y los representantes de los ministerios del Trabajo y Hacienda, definiendo el monto que se fijará como nuevo salario mínimo para los trabajadores del país, así como los tiempos de negociación y la política futura sobre esta materia. Esta fue la quinta reunión en que pusieron por un lado la propuesta del gobierno, que se ha dicho se acercaría alrededor de los 220 mil, y la propuesta de la CUT que aumentaba el salario base hasta los 230 mil pesos.
“Estamos en un camino de acercamiento de 60% o 70% en materia de cifras. Por razones lógicas hasta no discutirlo con nuestra estructura, no vamos a dar a conocer públicamente estas cifras”, señaló Bárbara Figueroa, la presidenta de la multigremial.
En el programa de gobierno se establece como meta que para mediados de 2016, se alcance un salario mínimo de $250 mil, monto y fórmula que es criticada por los especialistas, por no ser más que el ritmo que tradicionalmente ha tenido la política salarial.
Así lo manifestó Gonzalo Durán, especialista y director de la Fundación Sol, que ha seguido la trayectoria y avances porcentuales sobre esta materia.
“En los últimos periodos ha sido un poco mayor, más cercano al 7,5%, pero en general, estamos hablando que sube alrededor de un 5%. Eso es casi una especie de piloto automático, porque desde el año 1990 en adelante, se ha mantenido bastante parejo el ritmo de reajuste de salario mínimo”, aseguró Durán.
Para la Fundación Sol, al problema se suma el sistema por el cual se fija el aumento. En el caso chileno, el Ejecutivo es quien propone y el Parlamento decide, por lo que Durán plantea que hay que cambiar la institucionalidad.
Además, el economista criticó la opción que estaría zanjada, ya, entre la CUT y el Gobierno, respecto de establecer un avance pactado a dos o tres años, sin posibilidad de negociar nuevamente hasta el plazo que definan.
“Tampoco se recomienda esto de dejar fórmulas amarradas, para los próximos años en una especie de algoritmo. El tema también debería resolverse a efecto de un proceso de negociación colectiva donde ambas partes puedan pactar, en lo posible todos los años, y dejar la puerta abierta a un plan para ir recuperando el valor del salario mínimo”, agregó.
Desde la interna de la CUT no sólo cuestionan el monto, que consideran no se ajusta a las necesidades mínimas de los trabajadores, sino que también reclaman la falta de discusión previa para fijar las aspiraciones de la multigremial.
Así lo afirmó Lucía Vega, presidenta de la CUT Provincial de Valdivia. Según la dirigenta, en el último ampliado de la CUT, realizado en enero, se resolvió que convocarían a una nueva reunión para discutir este tema y otras definiciones globales, pero que eso, nunca ocurrió.
“Se iba a realizar otro ampliado para discutir estos temas y no sólo este, se iba a hablar el tema de la reforma tributaria, el nuevo código laboral, el tema previsional y el sueldo mínimo, pero no se ha discutido con nadie de los trabajadores”, dijo Lucía Vega.
Según comentó Bárbara Figueroa, ya habría acuerdo respecto a los tiempos y otras reformas laborales, y que sólo faltaría definir el monto para “finiquitar y dar cierre a esta negociación”.
Según ha trascendido, el Gobierno no ha querido aumentar los 220 mil pesos ya propuestos, mientras que la CUT bajó sus aspiraciones a los 227 mil pesos, para al menos igualar el aumento que realizó el gobierno de Sebastián Piñera en 2013.
El tema se cerraría este lunes, en una última reunión, para que luego el Ejecutivo envíe el proyecto al Congreso, esperando que se tramite con celeridad, para que la aplicación del nuevo salario mínimo comience el 1 de julio y no el 1 de agosto como sucedió el año pasado por el retraso en las negociaciones.