Evo Morales camino a su tercer mandato

Según analistas, a Morales se le aproximan grandes desafíos, tales como la construcción de un Estado plurinacional sólido y la solución de problemas de mediterraneidad. Destacan también la refundación y descolonización que han dado continuidad presidencial al mandatario.

Según analistas, a Morales se le aproximan grandes desafíos, tales como la construcción de un Estado plurinacional sólido y la solución de problemas de mediterraneidad. Destacan también la refundación y descolonización que han dado continuidad presidencial al mandatario.

El 12 de octubre de este año Bolivia elegirá un nuevo presidente y Evo Morales parece no tener un gran rival para asegurar su tercer mandato, con un 40 por ciento de ventaja por sobre sus competidores.

El actual presidente disputará los votos de seis millones de bolivianos con Samuel Doria, de la Unidad Nacional (centro derecha); Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (socialdemócrata); Jorge Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano; y Fernando Vargas, del Partido Verde y dirigente del Territorio Indígena y Parque nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Morales concluye su segundo periodo en diciembre de este año, luego de haber llegado al poder con el respaldo del Movimiento al Socialismo en 2005.

El dirigente cocalero se ha destacado por su particular forma de vestir, propia de los campesinos, indígenas y originarios, apariencia que hoy lo lleva sin temores a aspirar a extender hasta 2019 el “proceso de cambio” que ha llevado a cabo en su país.

“Este proceso de cambio es sin retorno; digan lo que digan, hagan lo que hagan. No volverá el neoliberalismo a Bolivia”, dijo Morales al promulgar la ley que convocó el referendo de la nueva Constitución, el 25 de enero de 2009.

En consecuencia, la doctora en ciencia política Paz Milet, del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI), consideró que Evo Morales logra representar el sentir de un componente importante de la sociedad boliviana que no tenía expresión propia a nivel político.

Asimismo, expuso que “los dos elementos centrales de su política son primero, la idea de refundación, de generar una nueva sociedad, por eso la Asamblea Constituyente y la Nueva Constitución y por eso también él plantea que es una revolución que va más allá de su persona; segundo, la idea de descolonización, que es un eje fundamental incluso en la demanda marítima hacia Chile”.

Paz Milet destacó la adaptabilidad del mandatario boliviano, que ha mantenido una cordialidad con distintos países. Por ejemplo, cuando se habló de la nacionalización de los hidrocarburos, él prefirió cambiar las reglas del juego a los inversionistas extranjeros, que aún se mantienen en Bolivia porque las condiciones son favorables.

Respecto de las relaciones estratégicas de Bolivia con otras naciones, la cientista política apuntó la colaboración con Venezuela y Brasil, mientras que con Estados Unidos ha tenido una relación fluctuante; para la Unión Europea, Bolivia es objeto de apoyo.

Por su parte, el economista y ex ministro de Estado, Carlos Ominami, apostó que Morales será reelecto en la primera vuelta gracias a su transformación de un Estado excluyente a uno plurinacional. A eso se suman buenos índices económicos que, por ejemplo, duplican a Chile en los últimos ocho a diez años.

No obstante, Ominami advirtió sobre los desafíos actuales que tendrá el presidente Morales, entre ellos, resolver los problemas de la mediterraneidad que viene arrastrando el país desde hace más de 100 años:

Asimismo, añadió que Bolivia tiene que construir un aparato de Estado más sólido puesto que, a su juicio, hay un Estado todavía precario y muy condicionado por lo que es la República excluyente del periodo anterior: “Tiene que construir una organización pública más consolidada, generar más capacidades técnicas, institucionalizar la reactivación del pueblo que ha sido determinante en su gobierno. Entonces, él tiene una agenda de significación”, dijo.

Por último, el ex parlamentario concluyó que Bolivia dejó de ser el país de los golpes de Estado, donde los gobiernos no alcanzaban a durar más de un año y reinaba la inestabilidad, convirtiéndose en un país serio y respetado que le permitirá al presidente Morales mantener un nivel de iniciativa en el campo diplomático.





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