La Cámara de Diputados desaprobó el proyecto de ley que confería el carácter de título profesional universitario a 7 carreras del área de la salud.
51 votos a favor, 33 en contra y 13 abstenciones impidieron que se alcanzara el quorum necesario para que la iniciativa avanzara en su último trámite constitucional en el Congreso.
Kinesiología, Fonoaudiología, Enfermería, Obstetricia y Puericultura, Nutrición y Dietética, Tecnología Médica y Terapia Ocupacional, se quedaron sin exclusividad universitaria.
Gabriela Farías, presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss), lamentó los resultados puesto que, en su opinión, la restitución del rango universitario buscaba restablecer un derecho perdido en dictadura que generó que el actual perfil de los egresados de las universidades no tengan las mismas características y cualidades de los que salen de los institutos, como la formación con investigación académica que no se promueve en estos últimos.
La asistente social presumió que los diputados no entendieron de qué se trataba el proyecto o no quisieron casarse con una decisión, sino que prefirieron abstenerse o simplemente no votar, en consecuencia, Gabriela Farías consideró como una señal dañina el que los parlamentarios no adopten la responsabilidad que tienen en sus cargos y espera que tomen sus determinaciones y sean claros sobre lo que piensan frente a la ciudadanía.
La dirigenta de los profesionales de la salud añadió que, aunque el proyecto podría tener una segunda oportunidad el próximo año en el marco de la discusión de la Reforma Educacional, espera que se generen ciertos resguardos a la calidad de los centros educativos, especialmente los que dictan carreras trascendentales para el cuidado de la vida de las personas. Gabriela Farías defendió que todas las carreras de la salud son disciplinas científicas no técnicas.
Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras y Enfermeros de Chile (Fenasenf), entregó argumentos que avalan distintos estudios científicos como, por ejemplo, un estudio aplicado en la Comunidad Europea que demostró que la mortalidad disminuye cuando las enfermeras universitarias aumentan.
A la misma conclusión llegó un trabajo en EE.UU que señala que si en los 134 hospitales en que se aplicó el estudio, hubiera existido un 10 por ciento más de enfermeras con formación universitaria, se habrían evitado 500 muertes.
El diputado socialista Juan Luis Castro, perteneciente a la Comisión de Salud, coincidió con el gremio y manifestó que el rechazo del proyecto fue un golpe duro para la educación chilena siendo la salud un área sensible para la población.
Para el parlamentario las carreras de la salud deben ser de exclusivo patrimonio de las universidades chilenas. La derrota la lamentan tanto los estudiantes de las distintas carreras y los pacientes que ven lo delicado que es entregarse a manos que no tienen la suficiente experticia y calidad como la de los profesionales.
La Universidad del Mar, siendo una universidad, tuvo miles de problemas y estalló justamente por la facultad de medicina, que fue la que más se vio afectada por quienes siendo universitarios no estaban acreditados. Asimismo, Castro comentó que hay institutos y centro de formación que proliferan e imparten las mismas carreras de salud y no tienen acreditación, en efecto, aventuró que el problema rebotará tarde o temprano en la Reforma Educacional donde se verá que hay una cantidad importante de alumnos que no están en los planteles que corresponde.
Por último, cabe señalar que la iniciativa desde abril de 2005 está en el Congreso y ha pasado por el Senado y la Cámara de Diputados sin ver la luz.