Crean fundación para los familiares y afectados por accidentes de tránsito

El accidente que quitó la vida de la menor Emilia Silva Figueroa no solo originó una ley con su nombre para la responsabilidad de los conductores, sino que además ahora, se creó una Fundación para los familiares de víctimas. Desde la Asociación “Basta de Atropellos” aprueban la iniciativa, sin embargo, no le restan responsabilidad al Estado en la materia.

El accidente que quitó la vida de la menor Emilia Silva Figueroa no solo originó una ley con su nombre para la responsabilidad de los conductores, sino que además ahora, se creó una Fundación para los familiares de víctimas. Desde la Asociación “Basta de Atropellos” aprueban la iniciativa, sin embargo, no le restan responsabilidad al Estado en la materia.

El pasado fin de semana se dio conocer a nivel nacional la Fundación Emilia Silva Figueroa encabezada por Carolina Figueroa y Benjamín Silva, padres de Emilia, la pequeña que falleció en 2013 por irresponsabilidad de un conductor en estado de ebriedad.

El objetivo de la organización es desarrollar campañas educativas que visualicen  los problemas que se generan luego de la ingesta de alcohol y sustancias estupefacientes o psicotrópicas.

Además, se busca entregar ayuda legal y socio-psicológica a los familiares y víctimas de accidentes, junto con desarrollar y apoyar proyectos legislativos para perfeccionar el marco legal  de la responsabilidad social con instancias de investigación vinculadas.

Benjamín Silva, padre de Emilia, dijo que  parlamentarios de distintas bancadas y autoridades locales han mostrado apoyo a la organización. Asimismo, con la Subsecretaría de Prevención del Delito se espera lograr que las víctimas de conductores en estado de ebriedad y sus familiares, sean atendidos por los servicios de asistencia psicológica y jurídica.

“Las dos principales instituciones del Estado destinadas a la prevención, Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET) organismo técnico del Ministerio de Transporte y El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), no tienen fondos concursables para organizaciones ciudadanas lo que es lamentable cuando se trata del principal problema de muerte en Chile de 0 a 30 años” criticó Silva.

En definitiva, la Fundación se plantea como meta, desde la mirada de las propias víctimas, generar una nueva cultura vial que disocie el alcohol y las sustancias psicotrópicas de la conducción.

Una de las líderes de la organización Ciclistas con Alas, Fresia Aguilera, hermana de un ciclista arrollado por un conductor ebrio a mediados del  2012, indicó que la responsabilidad se la llevan tanto ciclistas como conductores de vehículos y añadió que hay muchos casos que quedan en la impunidad con conductores que han dejado sin prestar ayuda a las víctimas

“Las autoridades, el Estado, nadie se hace cargo. Antes de la Ley Emilia, la situación en la que quedaban las familias era penosa más que injusta, porque ya justicia legal no había y se daba abandono de parte del Estado en materia legal y psicológica hacia las familias” sostuvo la líder de Ciclistas con Alas.

Por su parte, Susan Escobar, presidenta de la Asociación “Basta de Atropellos”, otra de las agrupaciones de familiares de víctimas de accidentes de tránsito, diferenció a la su colectividad  de la Fundación Emilia en los recursos y propósitos.

“Es positivo que las personas que tienen medios puedan ayudar a las familias que están en situación de desamparo. No obstante, no es la solución porque esta es una labor de Gobierno y Estado: la protección de las víctimas no solo del tránsito” dijo Susan Escobar.

De este modo, la Asociación “Basta de Atropellos” persigue que se cree la Oficina  de Atención a las Víctimas a nivel nacional donde se les preste ayuda sanitaria psicológica y legal





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