Una hora antes del inicio del concierto llovía en Rapa Nui, pero los cielos se abrieron para dar paso a la ceremonia musical que se desarrolló el miércoles en el Ahu Tahai, lugar sagrado de una belleza natural impresionante. Allí se instaló la Orquesta Sinfónica de Chile, la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile, la pianista Mahani Teave, el cantautor Enrique Icka y los niños de la Escuela de Música de Isla de Pascua, a ras de suelo, sobre el pasto y con el atardecer del cielo por escenario y los moáis como testigos.
El concierto se inició a la hora programada -19:30 local- cuando el director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC), Ernesto Ottone, presentó al Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quien se dirigió al público, estimado en cerca de dos mil personas, destacando la importancia de realizar esta actividad en Isla de Pascua. Señaló el Rector que tanto la Universidad como la Fuerza Aérea de Chile tienen la misión de conectar al país, por ser instituciones con vocación de servicio público.
En la apertura del concierto, la Sinfónica de Chile interpretó un tema pascuense arreglado para orquesta junto al cantautor isleño Enrique Icka, iniciando un evento calificado por los asistentes como “histórico”, “maravilloso” y “único”.
Luego, la Banda Sinfónica de la FACH tocó dos partes de la obra Cuadros de una exposición, de Modest Mussorgski. A esto siguió un esperado momento, cuando la Sinfónica estrenó la obra Hotu Matua, que el compositor y antropólogo Ramón Campbell dedicó a Isla de Pascua y que sus habitantes escucharon por primera vez.
Durante la puesta de sol la música fluyó generosa con la ejecución del Concierto para piano y orquesta de Edward Grieg por la Sinfónica con la pianista pascuense Mahani Teave al piano. En el cierre, una brillante versión de la Obertura 1812 de Tchaikowsky unió el talento de los músicos de la Orquesta Sinfónica y de la Banda Sinfónica de la FACH. Un mágico final lo otorgó la interpretación de un tema pascuense cantado por Enrique Icka junto a Mahani Teave y la Sinfónica, mientras un grupo de niñas pascuenses hicieron el coro y realizaron una danza local.
“Fue un hecho de un valor cultural inédito, un gesto que recibió una muy emocionada y agradecida comunidad que estaba presente. Una persona del público me dijo que le recordaba los eventos que habían ocurrido 450 años antes, cuando se realizaban ahí las ceremonias y convocaban a la comunidad a una presentación sublime, tal como fue este concierto”, dijo el Rector Ennio Vivaldi.
“Este es un evento importante porque avala una voluntad de nuestra Universidad de mantenerse como una instancia de cohesión del país. Por eso es tan significativo que haya ocurrido acá, por el respeto a la diversidad de las distintas culturas. Hay pocos lugares en el mundo que tengan una identidad histórica y cultural tan única como la que tiene Isla de Pascua. Fue algo notable y muy bien recibido por la comunidad pascuense. Un concierto que está muy a la altura y celebra muy bien la impronta del sello de la Universidad de Chile”, agregó.
En tanto, el director del CEAC, Ernesto Ottone, manifestó que “fue extraordinario, todo funcionó bien, incluso los cielos se abrieron en un día que llovió para permitir la realización de un concierto lleno de magia; ver a la gente bajando por el cerro con entusiasmo fue motivador, no se pudo haber hecho en otro lugar, la Orquesta Sinfónica de Chile y la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile, pese a todas las inclemencias del tiempo estuvieron ahí, con viento, con una puesta de sol”.
“Nunca había vivido una experiencia así, de apreciar la naturaleza en conjunto con el arte; son vivencias sublimes que no se repiten a menudo y los que estuvimos acá y las cerca de las dos mil personas que llegaron creo que tuvieron una experiencia mágica”, añadió.
La directora Alejandra Urrutia coincidió en ello afirmando que “fueron momentos maravillosos, tuvimos la gran suerte de que el clima nos acompañó. En un momento miré el cielo y daba la impresión que estábamos en otro mundo. Sentí una energía muy linda de la orquesta, de la banda y también de Enrique Icka y Mahani Teave, quienes nos acompañaron. Para mí ha sido algo inolvidable, la energía de este lugar es extraordinaria, agradezco a todos los organizadores de este concierto y al mundo por haber tenido la oportunidad de estar acá”.