A pocos días que el proyecto de Reforma Laboral ingrese al Congreso para su discusión, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) Hermann von Mühlenbrock, señaló que no le molesta el fortalecimiento sindical, sin embargo, rechazó que se obligue a los trabajadores sindicalizarse, que es uno de los puntos que ha concitado polémica en las negociaciones entre el Ejecutivo, empresarios y trabajadores.
“Siempre he considerado que los sindicatos son buenos para el país. No es ese el problema, el problema es simple: no nos parece que haya que obligar a la gente a pertenecer a un sindicato. Yo parto y siempre he creído en la libertad de las personas. Ojalá los sindicatos sean capaces de tener afiliados a todos los trabajadores de una compañía, me parece fantástico si lo logran, porque hacen bien la pega, pero de ahí a que una persona sea obligada, no me parece”.
Por su parte, la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), publicó un estudio en el que se asegura que la Agenda Laboral que ingresará el próximo 29 de diciembre al Parlamento, y que incluye beneficios en torno a la ampliación de la negociación colectiva y la eliminación del reemplazo en huelga, entre otros, perjudicará la calidad de los empleos.
La Central Autónoma de Trabajadores (CAT) y la Fundación Sol rechazaron estas afirmaciones de la Asimet y aseguraron que los resultados de este estudio, sólo responden al temor de los empresarios frente a la posibilidad que los trabajadores recobren derechos perdidos durante los últimos 40 años.
A juicio de ambos organismos, la reforma laboral debe poner en el centro el fortalecimiento de los derechos colectivos y debe rechazar esta visión empresarial que analiza el trabajo como un objeto asociado a las ganancias, como ha sido la constante desde la aplicación del Plan Laboral que nació bajo dictadura.
Otra de las conclusiones del estudio de Asimet es que actualmente el mercado laboral presenta una alta rigidez por el incremento en los costos asociados. Además si bien reconocen que existen desafíos pendientes en el fortalecimiento sindical, explicaron que no es claro que esto contribuya a disminuir la desigualdad, “según la evidencia”.
El investigador de Fundación Sol, Patrizio Tonelli dijo que con este razonamiento se olvida que los derechos colectivos son parte esencial del trabajo y destacó que le gustaría una mirada a largo plazo, agregando que los empresarios deberían discutir sobre la matriz productiva que en la actualidad está basada en la extracción de recursos naturales y la dependencia de los vaivenes del mercado internacional.
Tonelli concluyó que el trabajo es una variable dependiente de las necesidades de la empresa y del mercado, y esa es la visión que se debe cambiar: “Lo que tenemos que hacer es cambiar 180 grados la mirada y entender el trabajo como una variable independiente que tiene derechos colectivos que obviamente tienen que ser rígidos, porque estamos hablando de la tutela de la calidad de vida de las personas. Hay que decir algo, que el mercado laboral está ya súper flexibilizado, es una mezcla de flexibilidad y precariedad y con presencia de formalidad muy peligrosa”.
Este peligro estaría dado por lo que llamó “formalización precarizante”, y aseguró que la mayoría de los contratos a tiempo indefinido duran menos de un año gracias al artículo 161 del Código del Trabajo, que otorga la facultad para contratar y despedir sin justificación, como parte de las necesidades de la empresa. Esto estaría conectado con la falta de derechos colectivos que se refleja en el tipo de remuneraciones, donde el 70 por ciento de los trabajadores gana menos de 425 mil pesos, precisó.
Según el presidente de la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), Óscar Olivos, la reforma laboral debería tener una visión moderna donde el capital económico y el capital humano avancen juntos.
“Entonces cuando entendamos claramente eso, obviamente ningún tipo de reforma va afectar la productividad, por tanto la labor de la empresa es generar riquezas para todos y no solamente para una parte, tanto para el capital económico y para el capital humano, por tanto ambas partes van a hacer un esfuerzo para que la cosa funcione bien y no tengamos los problemas que tenemos hoy día”
El dirigente señaló que es tiempo de “emparejar la cancha” con un nuevo Código Laboral, y que los legisladores deben darse el tiempo necesario para emitir una ley pensando en mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, y agregó que así como los empresarios se agrupan a través de la Conapyme o la Sofofa, los trabajadores también necesitan una organización fuerte, y ello en modo alguno debiese afectar la productividad.