Sí causó emoción, pero para muchos ya era de esperar que en las elecciones griegas triunfara el Syriza, partido de izquierda que se levantó fuerte en contra de las políticas de austeridad impuestas luego de la crisis europea.
De lo que no se tenía certeza era del comportamiento de la economía en torno al cambio de rumbo que se confirma en ese país. A pesar de los anuncios que hizo, por ejemplo, el ex primer ministro griego Antonis Samarás, líder de “Nueva Democracia”, quien advertía que con la victoria de Syriza “toda Europa se volvería contra Grecia”.
Pero las bolsas mundiales dicen lo contrario. Desde Wall Street a la bolsa española, se mantienen estables. La excepción ocurre en el índice griego, que llegó a caer un 5 por ciento, pero la baja tampoco sería excepcional, puesto que desde mediados de octubre del 2014 ha habido seis episodios similares. Las razones podrían radicar en que una vez confirmado el triunfo del Syriza, se presentó también la nueva coalición con la derecha nacionalista griega, porción independiente y pequeña del parlamento, pero suficiente para crear gobierno. Ambas partes, a pesar de ser opuestas ideológicamente, tienen en común las políticas de anti-austeridad y el objetivo inmediato de la renegociación del plan de reformas con sus socios europeos.
Reacciones en España
En España en tanto, se vive un proceso político similar. Las advertencias de Mariano Rajoy, quien apoyó la campaña de Antonis Samarás, parecieran repetir el libreto de la facción saliente griega.
“No conviene decir que se va a hacer lo que es imposible, porque eso acaba generando muchas frustraciones y muchos problemas”, dijo en su visita a Grecia en plena campaña de la Nueva Democracia.
Para el Podemos de España, por el contrario, la victoria de la izquierda en Grecia se ha trasformado en una señal potente de que Europa ya está cambiando de rumbo. El encargado de relaciones internacionales del Partido, Pablo Bustinduy, cree que es la llegada un nuevo ciclo político en Europa.
“Es un símbolo importante para nosotros, los griegos han dicho que sí se puede, que se puede buscar una alternativa a la crisis y es muy parecido a lo que vamos a hacer nosotros el fin de semana que viene, en la manifestación de Madrid, decir que sí se puede, que debemos organizarnos, que se puede construir un país mejor y que lo podemos hacer entre todos y democráticamente”, explicó.
Mientras, Alexis Tsipras, líder del Syriza, firmó hoy como primer ministro y en su discurso de victoria aseguró que la Troika en el país ya es cosa del pasado. El desafío de Grecia es sacar adelante una negociación compleja con la institucionalidad económica de Europa, pero con la ventaja del enorme respaldo que Syriza recibió del pueblo, algo que según el analista internacional Raúl Sohr, es producto de los límites a los que se llevó a este país.
“Implica un cierto reconocimiento de que a Grecia se le han impuesto metas que no puede cumplir, que ningún pueblo con algún nivel de organización y con una tradición democrática va a aceptar”.
Uno de los elementos más importantes de elección, agrega Sohr, es la bancarrota de la socialdemocracia que fue dominante en Grecia. Este factor termina prendiendo las alarmas en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y los socialismos de Europa, frente al auge de los movimientos que ponen por delante el bienestar de la ciudadanía e intentan revertir las políticas de la Unión Europea de disciplina económica, exigiendo que los primeros en responder por la crisis sean la banca y los más adinerados.