El presidente de la Fundación América Solidaria, Benito Baranda, conversó con Radio Universidad de Chile en el programa Semáforo sobre educación y desigualdad.
En ese marco, Benito Baranda, criticó el rol de la Iglesia en la discusión de la reforma educacional debido a que la institución eclesiástica mantiene la segregación en sus propios establecimientos.
“La iglesia católica en educación es el reflejo lo que fue la cultura colonial y la cultural colonial lo que hizo fue diferenciar. O sea atendía los pobres con escuelas pobres, a las clases medias con escuelas más o menos, y a los ricos, no cierto, que podía pagar, con las mejores y eso. La iglesia es reflejo de eso, fue co-constructor también de esto, de la relación de la Iglesia con el Estado entonces yo creo que no se le puede pedir de parte de la experiencia algo distinto pero si se le puede pedir de parte de la doctrina del evangelio y eso no lo hicieron. Es una oportunidad perdida como dice la Conferencia Episcopal el Área de Educación que esto es una oportunidad perdida, yo creo que es una gran oportunidad perdida para la jerarquía católica haberse sumando a algo que no se quisieron sumar”.
Baranda sostuvo que la forma de generar mayor igualdad es lograr redistribuir los salarios de los trabajadores y agregó que el sacar recursos de un estrato social para darle a otro, no es una política que se pueda hacer de forma permanente.
“Una de las grandes dificultades de Chile en salud, en educación, en vivienda integrada, por ejemplo, son los costos. Bueno si tú tienes una recaudación mayor logras equilibrarlo, pero eso no lo puedes hacer perdurar eternamente porque lo que está haciendo es no reconociendo que el trabajador merece un salario justo. Estas sacando recursos de un estrato social para poder vincularlo a otros. Lo lógico es que en el largo plazo, gracias a las oportunidades que tú vas generando con esto, se re-equilibre el peso de la redistribución de los salarios”.
El psicólogo que presidente la Fundación América Solidaria explicó que trabajar en una política integral de vivienda es una de las mejores formes de romper con la desigualdad.
“Seguimos hablando como modernizar mucho del Estado, la educación, la salud, pero no tocamos el punto neurálgico de la exclusión social que son los salarios y que es la vivienda. En la vivienda el Estado tiene la sartén por el mango, no quiere ejecutar lo que tiene ejecutar. La política de vivienda debería ser un factor de integración social. Si efectivamente queremos defender la familia, queremos que las personas en Chile tengan oportunidades de desarrollo, bueno proveámosle entonces de vivienda integrada y no de vivienda desintegrada en guetos. O sea hagamos un esfuerzo mucho más grande del que estamos haciendo hoy en día para poder efectivamente colaborar con esa familia para que quede en lugar que no le cueste tan caro llegar al trabajo, que tenga acceso a la educación, que tenga acceso a la salud y que además sea un lugar relativamente seguro y que se sienta incluido en la sociedad”.
Junto con explicar que la ausencia de una política de vivienda aumenta la desigualdad, Baranda valoró la aprobación de la legislación que dará acceso universal a la educación preescolar porque permitirá a los niños y niñas poder explotar sus cualidades de forma oportuna, lo que redundará en un salto cualitativo en la calidad de la educación.