El mega escándalo de corrupción política donde está involucrada la gigante estatal Petrobras, empezó a escribir un nuevo episodio con el pedido que hizo el Procurador General, Rodrigo Janot, a la Corte Suprema, para que se abran investigaciones a 54 políticos con fuero para determinar su posible participación en el caso.
Los nombres de quienes serían investigados no fueron divulgados porque las causas están bajo secreto, pero la prensa brasileña ha filtrado algunos de los implicados. Tanto el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, como el del Senado, Renan Calheiros, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), partido aliado del Gobierno, se encuentran entre los citados.
La profunda crisis de corrupción político-empresarial afecta a la legitimidad de todo el sistema. Toca con mayor fuerza a la empresa estatal, al régimen político y con ello a la economía, donde el PIB en 2015 podría contraerse en 0,58 por ciento y la inflación superar el 7 por ciento. El más duro golpe ha sido, por cierto, al Partido de los Trabajadores, el cual ha tenido bajo su responsabilidad a Petrobras en los últimos doce años.
En lo medular, las indagaciones que hasta ahora ha realizado la fiscalía muestran una maquinaria de corrupción instalada en el interior de la empresa, a través de una compleja red de lavado de dinero y evasión de divisas, que desvió unos 8 mil millones de dólares entre 2004 y 2012, de acuerdo a datos de la investigación.
Para el profesor del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la USACH, Fernando Estensoro, todo el espectro político brasileño está comprometido en el escándalo de corrupción de Petrobras y recalcó que será muy importante ver hasta dónde va a llegar la voluntad de la justicia por aclarar la envergadura de lo que se realizaba con los fondos de la gigante empresa estatal.
El académico indicó que la otro aspecto importante de observar será ver hasta qué punto existen posibilidades de que la Presidenta Dilma Rousseff sea impugnada, con un eventual juicio político en su contra, el cual podría culminar en la renuncia de la mandataria, señalando que este escenario es poco probable, debido a que la oposición no tiene la mayoría necesaria para lograr la acusación.
El investigador enfatizó que en este caso no hay manos limpias y nadie puede decir que está libre de culpas, porque a medida que se ha ido conociendo la envergadura de la red de corrupción, lo primero que se descubre es que se trata de prácticas que vienen desde hace muchos años atrás que fueron destapadas en los últimos gobiernos.
Fernando Estensoro dijo que la grave situación de corrupción política que vive Brasil puede ser encarada como una oportunidad para mejorar el sistema democrático.
“Este escándalo político que está ocurriendo en Brasil ha fortalecido también a los sectores ultra. Aquí es importante que el sistema democrático brasileño demuestre madurez y sea capaz de solucionar esta crisis para fortalecer la democracia, porque de los contrario van a ganar los sectores populistas y ultra. En ese espacio no se puede descartar nada”, indicó.
El analista internacional Raúl Sohr coincidió en parte con el profesor Estensoro en cuanto a que si la crisis se agravara es posible llegar a un cuestionamiento de la Presidenta Dilma Rousseff mediante una acusación parlamentaria que la obligara a abandonar su cargo, pero indicó que es muy improbable porque se trata de un procedimiento muy complejo. Además, resaltó el hecho de que ella recibió el mandato cuando ya se conocía el caso Petrobras.
Sohr afirmó que el caso de Petrobras impacta el corazón de Brasil por la gran magnitud de la empresa estatal y mencionó los planes de inversión que tenía la compañía por 600 mil millones de dólares al año 2030, para explotar grandes yacimientos petroleros, ubicados a 300 kilómetros de la costa de Río de Janeiro, los cuales, según indicó, quedaron en entredicho por este caso.
Respecto de las dimensiones del daño económico, el especialista dijo que se calcula en miles de millones de dólares: “no hay una cifra definitiva de a cuánto corresponde la apropiación ilegítima de recursos de Petrobras, hay gente que habla de 30 mil o 50 mil millones de dólares. Estamos hablando de fortunas que fueron vaciadas de los fondos de Petrobras, con la construcción de proyectos por los cuales muchas empresas se beneficiaron. Se trata de un escándalo que alcanza al conjunto de la sociedad brasileña, no es solamente la clase política”, explicó
El profesor del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, se refirió a la recomendación de la fiscalía que lleva el caso, de no investigar a la Presidenta Dilma Rousseff y a su contendor en las pasadas elecciones, Aécio Neves.
“El punto mayor es que hay dos líderes, tanto del Gobierno (Dilma Rousseff) como su principal adversario en la oposición (Aécio Neves), que aparecen de alguna manera relacionados respecto de este caso. Si esto no se enfrenta de manera taxativa puede perjudicar el sistema político brasileño en su conjunto porque lo dejaría casi sin alternativa, por lo tanto, me parece una cuestión de principal relevancia”, indicó Aranda.
El docente de nuestra Universidad señaló que este examen que enfrenta Brasil es de mucha relevancia, porque significa encarar uno de los peores males de las sociedades contemporáneas, que es la corrupción política.