La lucha de Alexis Tsipras para aplicar justicia a la deuda de Grecia

El primer ministro, desde antes de asumir el poder, ya había tomado el compromiso de alivianar la pesada carga que lleva la mayoría de la población del país para responder a los intereses de los acreedores ¿Está sola Grecia en este propósito?

El primer ministro, desde antes de asumir el poder, ya había tomado el compromiso de alivianar la pesada carga que lleva la mayoría de la población del país para responder a los intereses de los acreedores ¿Está sola Grecia en este propósito?

Luego de que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunciara que su país pagará la deuda dentro de un contexto de negociaciones, los acreedores representados en el Fondo Monetario Internacional (FMI), El Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) –la llamada Troika- mantienen su posición sobre la base del segundo plan de rescate finalizado el 28 de febrero.

En las últimas semanas el gobierno heleno ha buscado alcanzar mejores condiciones dentro del contexto de la UE, para lo cual emprendió una ofensiva diplomática con visitas a Londres, Roma, Bruselas, París y Berlín, de modo de obtener concesiones sobre un posible nuevo rescate económico.

En ese contexto, el primer ministro Tsipras se reunió el jueves pasado con la canciller alemana, Ángela Merkel y el presidente de Francia, François Hollande; más los presidentes de la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) para negociar las condiciones de la deuda griega.

Sin embargo, antes del encuentro el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, lamentó que las negociaciones por la deuda griega no hayan alcanzado mayor acuerdo respecto a las reformas planteadas por Tsipras y discutir las condiciones del programa de rescate financiero.

Las autoridades griegas quieren más tiempo para poder presentar en mayo un nuevo programa de reformas a Europa, que contemple la lucha contra la evasión fiscal, uno de los principales problemas del país. Además, se plantean contrarios a prorrogar el rescate actual europeo, porque implica mantener las medidas de ajuste existentes (en pensiones, salarios y subidas de impuestos), algo a lo que Grecia no está dispuesta, y en cambio pretenden conseguir un crédito puente hasta mayo.

Alexis Tsipras ha venido reiterando que Grecia quiere pagar su deuda y aseguró que si los socios quieren lo mismo, deben “negociar con nosotros los medios técnicos para hacerlo”. Cabe recordar que en la presentación de su programa ante el Parlamento señaló que “queremos dejar claro a todos que no negociamos nuestra soberanía nacional, no negociamos la soberanía popular, no negociamos el mandato del pueblo”.

En esa misma línea, el encargado de las finanzas del país heleno, Yanis Varoufakis, dio a conocer los aspectos centrales del plan de su Gobierno para aliviar la pesada deuda, que asciende a un casi impagable 175 por ciento del PIB: 315 mil millones de euros.

Se trata de canjear los bonos actuales por dos nuevos tipos de instrumentos financieros: bonos ligados al crecimiento para sustituir la deuda en manos oficiales (190.000 millones que poseen los socios del euro y los mecanismos europeos de rescate, con un riesgo total de 26.000 millones de España). Grecia solo pagaría en el caso de que alcance un determinado avance del PIB. Y, en segundo lugar, una deuda perpetua para sustituir los bonos en manos del BCE, que suman unos 27.000 millones.

Para el analista internacional Pablo jofré, el escenario de una eventual negociación planteada por Grecia enfrenta grandes dificultades porque la Troika europea simplemente no quiere negociar, no solo como un desafío al gobierno griego, sino que para dar una clara señal al resto de Europa que no se va a conceder nada fuera de lo que se decide en Bruselas.

El experto indicó que Tsipras, con su accionar, está mostrando caminos alternativos, diciendo que no quiere recortes, no quiere ajuste fiscal y que no quiere seguir exponiendo a los griegos a lo que han sido años de dominio económico y político por parte de la Troika, por lo cual está planteando recibir apoyo financiero bajo condiciones justas.

“El gobierno griego sin duda tiene que mostrar la postura que está mostrando porque llegó al poder bajo esas condiciones y ceder, simplemente, es traicionar los principios y los acuerdos por los que fue elegido. Y eso es lo que pretende la Troika: mostrar a un gobierno griego al cual no se le va a conceder nada, porque la señal clara es señores de Portugal, España, Irlanda, Italia, cualquier salida ´populista´ va a tener como resultado la posibilidad de que alguno salga de la eurozona y se profundice la crisis”, indicó.

El analista explicó que los acercamientos impulsados por las autoridades griegas respecto de Rusia y de China se entienden dentro de un proceso de búsqueda de nuevas alternativas de apoyo económico para su país, ante las dificultades de conseguir un mejor trato dentro de la Eurozona.

La profesora del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, Olga Ulianova, señaló que el problema de la deuda griega tiene un fuerte elemento político, porque en términos monetarios Grecia no representa mayor relevancia para la Eurozona, pero su eventual salida lesionaría el prestigio del bloque.

En ese sentido, la académica dijo que la UE se mantiene apegada a la estructura restrictiva que impone a los países que conforman el bloque: “la estrategia de la UE liderada por Alemania es una estrategia de la austeridad, es decir reducir los gastos de los países europeos. La estrategia que propone el gobierno griego y en este sentido tiene sintonía con algunos gobiernos europeos y en particular con el gobierno de Françoise Hollande, de Francia, es en el sentido de que no basta con la austeridad”.

Olga Ulianova indicó que ese modelo no es suficiente porque si solo se reducen los gastos, los países se quedan sin recursos para invertir y no se puede reactivar la economía, indicando que Francia en alguna medida ha respaldado a Grecia al señalar que deben disponer de recursos frescos que permitan impulsar proyectos de inversión.

El experto en temas económicos Roberto Meza, considera que Grecia no está pidiendo mucho más allá de lo que razonablemente pediría cualquier deudor para resolver su problema, señalando que tienen conciencia de la dimensión de la deuda, y que en la práctica es imposible pagar en base a los ritmos actuales de crecimiento.

En una mirada distinta, el especialista consideró que las posibles soluciones de la deuda griega podrían surgir de una salida intermedia sobre la “búsqueda un modelo mediante el cual se pueda integrar tasas de interés, por lo tanto redito para los acreedores y mantención de la normalidad, pero también realismo en el sentido de que como está la situación simplemente para Grecia no es posible seguir pagando, porque no pueden hacer más ajustes”.

Roberto Meza recordó que, desde el punto de vista político, la propuesta de Tsipras de no seguir dentro del plan de ajustes de la Troika fue clave en su victoria en las pasadas elecciones en Grecia.





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