Después de 40 años de trabajo en la Contraloría, a la que ya siente como su casa, Patricia Arriagada ahora debió asumir el cargo principal -de manera interina- en el organismo fiscalizador tras el retiro de Ramiro Mendoza el 10 de abril pasado.
En conversación exclusiva con Radio Universidad de Chile, la contralora subrogante sostuvo que la institución que ahora lidera de manera interina, tiene un prestigio reconocido a nivel latinoamericano, y éste se ha refrendado con el nombramiento de la Contraloría chilena en la Secretaría Ejecutiva de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS), convirtiéndose en un referente en la materia para la región.
También expuso sobre su trabajo ad honorem en Naciones Unidas como parte de la comisión asesora de la Asamblea General en materias de supervisión interna del organismo internacional, lo que la obliga a viajar cuatro veces al año a la sede de la ONU en Nueva York. Patricia Arriagada destaca que antes de su arribo a esta comisión, Latinoamérica no estaba representada dentro de ella.
Por otro lado, la contralora subrogante fue enfática al destacar la independencia política que debe tener quien ejerce la labor fiscalizadora de la Administración Pública, por lo que suponer que se puede favorecer o perjudicar a determinado gobierno, está fuera de toda suposición.
“Trabajar en la Contraloría, y por la cantidad de años que he estado supone ser absolutamente independiente. Nuestro papel no es beneficiar ni perjudicar a ningún gobierno, todo lo contrario, nosotros somos un ente colaborador, somos una pieza más de este engranaje que es el acto administrativo. Es como el control de calidad de una empresa. Por lo tanto, nosotros no podemos tener ninguna tendencia, ni beneficiar a unos en desmedro de otros, porque ese no es nuestro papel”.
En este sentido, Patricia Arriagada destacó el ejemplo de independencia que demostró el ex contralor Héctor Humeres durante la dictadura, cuando se negó a tomar razón de un decreto enviado por Augusto Pinochet, y decidió renunciar antes que hacerlo.
“Quizás el que más aportó, y que definió la independencia que la Contraloría tuvo, fue don Héctor Humeres, que en definitiva él no aceptó tomar razón de un decreto que le mandó el Ejecutivo de la época, y él en definitiva se fue. Yo creo que eso marca la independencia que siempre ha tenido la Contraloría, sea cual sea el gobierno que ha estado”.
Con respectos de los posibles cambios y transformaciones que la contralora (s) pudiera realizar durante su gestión, descartó que su condición de interina le permita hacerlos, si bien sostiene que esto no significa que no tome medidas y decisiones para que el organismo fiscalizador continúe sus labores sin verse estancado.
“Sería poco prudente que yo hiciera cambios si no soy ratificada, usted además sabe que la Contraloría no tiene participación en la designación del contralor. Es la Presidenta y el Senado, por lo tanto sería poco prudente de mi parte estar tomando medidas de envergadura. Ahora, efectivamente la Contraloría tiene que seguir, no es que hay un congelamiento, y se tienen que tomar decisiones que permitan que la Contraloría siga funcionando. Eso va a ser así, y naturalmente que alguna de esas decisiones de esa naturaleza he tomado”.
Si bien, la contralora (s) Patricia Arriagada dice que no es prudente que se manifieste como una candidata a asumir la titularidad del cargo, en una futura elección del nuevo contralor, estima que sería un honor aceptar una eventual nominación, descartando versiones de prensa que señalaban una supuesta negativa de su parte a ejercer en propiedad el puesto.
“Para mí sería un honor, pero yo la verdad, como le decía, no es prudente que yo diga que soy la candidata ideal. La verdad que para cualquiera es un honor poder ser contralora, claramente. Yo no podría haber dicho una cosa semejante, pero tampoco quiero pronunciarme sobre el tema, justamente porque me parece que es poco prudente”.
Finalmente, Patricia Arriagada expresó que es necesario que la ciudadanía apoye y aporte en la labor fiscalizadora del organismo, a través de las plataformas tecnológicas que permiten el contacto inmediato entre la Contraloría y la sociedad.