Durante la última sesión del Parlamento Europeo, el eurodiputado del izquierdista Podemos, Miguel Urban, preguntó al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi: ¿qué ha hecho Europa por Grecia? al tiempo que criticaba al BCE de discriminar y chantajear a la nación helena por razones políticas.
Draghi tomó las críticas como una pregunta de por qué el BCE no compraba más bonos griegos y respondió señalando que el BCE tiene normas claras que obligan su conducta y señaló a Urban que no adquiría más bonos de Atenas porque la entidad monetaria no puede comprar papeles de países bajo revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), situación en la que está Grecia.
Añadió que no puede adquirir bonos de países que tienen un rating por debajo de cierta calificación, que es la que tiene Grecia; que el BCE no compra más del 33% de los bonos en circulación de un país y Grecia ya llegó a ese nivel; tampoco pueden comprar bonos directamente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), emitidos para financiar ayudas a Grecia para financiar inversiones, aunque si puede hacerlo en el mercado secundario, lo que ha estado llevando a cabo.
Luego, respondiendo otra pregunta de un indignado eurodiputado griego sobre por qué las instituciones europeas han hecho tan poco con Grecia, Draghi recordó el conjunto de ayudas que dichas instituciones, incluyendo el BCE, han otorgado a Grecia entre 2010 y 2015, destacando que la Eurozona ha prestado a Atenas 223 mil millones de euros, igual al 125% del Producto Interior Bruto (PIB) del país; ha facilitado 118 mil millones de euros más en ayudas al sistema financiero griego, igual al 66% del PIB; ha reducido el principal de la deuda griega de 200 mil millones de euros en 53,5%, es decir se “han perdonado” 107 mil millones de euros en deuda, aproximadamente el 60% del PIB. Es resumen, el total de ayudas combinadas a Grecia ha sido de 448 mil millones de euros o un 253% del PIB, sin contar las ayudas provenientes del FMI.
Tal nivel de apoyo, por cierto, no es despreciable, aunque seguramente Europa deberá seguir cargando por un tiempo con el peso de la deuda de Grecia y otros países más débiles, para lo cual el BCE tendrá que seguir manteniendo sus bajas tasas de interés y funcionando su Quantitative Easing (QE), acción que para muchos, incluido el banco central alemán (Bundesbank), excedía las atribuciones del BCE según el Tratado respectivo.
Pero hace unos días, Tribunal de Justicia europeo acaba de dictar sentencia en favor del BCE, diciendo que las actividades de QE del BCE están dentro del Tratado y sus normas operativas. El reclamo alemán se produjo luego que el presidente del BCE, Mario Draghi, anunciara que haría “lo que fuera necesario” para sostener el sistema del Euro, momento en el que inició su billonario proceso de inversión en bonos europeos y de suministro de liquidez a los bancos de la zona.
La decisión permitió a los mercados, y especialmente los bancos y países del Euro, dar un gran suspiro de alivio, ya que ahora el área podrá continuar con una alta liquidez y los países, como hasta ahora, retrasando las reformas estructurales requeridas. Y ahora que Grecia y acreedores están en sus últimos días de negociaciones, diversos analistas dijeron que la confianza que implica esta renovada capacidad de liquidez del BCE es aún más necesaria, dado que con la decisión de Tribunales, los gobiernos europeos no se verán expuestos a los fuertes aumentos de sus primas de riesgo que hubieran resultado para países más débiles con una decisión judicial contraria al BCE, hecho que constituye un verdadero chaleco salvavidas financiero para aquellos y permite prever la extensión de las negociaciones con Grecia más allá del 28 de julio.