El ministerio público de Brasil abrió una investigación para determinar si el expresidente Luiz Ignacio Lula da Silva incurrió en el delito de tráfico de influencias para que el gigante brasileño de la construcción Odebrecht obtuviera contratos en el extranjero.
La justicia sospecha que el ex presidente de Brasil (de 2003 a 2010) haya viajado a países como Venezuela, República Dominicana, Cuba y Ghana, no solo para dar conferencias, sino también para poner su prestigio internacional al servicio de la empresa Oderbrecht que buscaba cerrar negocios en estos países. Según la prensa brasileña, varios de estos viaje fueron financiados por la empresa. Además, el conglomerado Oderbrecht benefició de créditos del banco público brasileño BNDES para realizar estas obras. Los fiscales determinarán si Lula y su partido, el mismo que el de la actual presidente Dilma Rousseff, influyeron para que el banco otorgara estos créditos.
La empresa Odebrecht es considerada la mayor constructora de América latina. Su presidente, Marcelo Odbrecht está en la cárcel por su presunta participación en una red de desvíos de fondos de la petrolera estatal Petrobras. Un escándalo que le habría costado a Petrobras unos 2000 millones de dólares, según un cálculo interno.
La causa judicial contra Lula fue iniciada el 8 de julio tras un procedimiento preliminar. Sin embargo, por el momento, Lula no será llamado a declarar. “Estamos tranquilos. El Instituto Lula tiene certeza de la transparencia y legalidad de las actividades del expresidente Lula“, indicó el portavoz de la fundación creada por el exdirigente tras terminar su segundo mandato.