Luego de ser suspendida la sesión de la semana pasada de la Comisión de Medio Ambiente en la que se pretendía continuar con la discusión del proyecto de ley de protección de glaciares, el director de Greenpeace en Chile, Matías Asún, denunció que hay una dilatación que alarga la posibilidad de que los intereses que hoy lucran con la destrucción de la masas de hielo, puedan seguirlo haciendo.
Recordemos que el punto que más polémica ha causado es sobre el radio de resguardo de los glaciares. Mientras diputados y ambientalistas insisten en ampliarlo, el Gobierno se muestra reticente a proteger el entorno del recurso natural.
El líder de Greenpeace hizo un llamado a las personas y legisladores para que exijan justicia ambiental en pos de un desarrollo sustentable. Así, llamó a cuidar “esos hielos que van estar ahí por lo menos un par de cientos de años más acompañándonos. No se derretirán mañana y Chile tiene el 82 por ciento de la superficie de glaciares de toda América del Sur. Por lo tanto, tenemos una tremenda riqueza patrimonial, pero también una responsabilidad con el agua disponible para riego, actividades de alta montaña y sobre todo para las grandes ciudades. No proteger los glaciares sería un acto criminal”.
Asún argumentó que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas declaró que la disminución de la masa glaciar es resultado de la mano del hombre.
Sin embargo, el geólogo de la Universidad de Chile y especialista en glaciares Cedonir Marangunic no opina lo mismo, es más, advirtió que la reducción del volumen y extensión de los glaciares de montaña y el mar Ártico está sujeta al cambio climático que viene ocurriendo desde la glaciación y con mayor velocidad después de la Segunda Guerra Mundial.
“El proyecto de ley se denomina de protección de glaciares, pero no los protege. Los glaciares por las condiciones del clima se están extinguiendo lentamente, algunos han desaparecido, los más pequeños van a desaparecer en la próxima década y a fin de siglo gran parte de los que observamos en la cordillera central de Chile van a estar en su mínima expresión”.
En ese sentido, el experto apuesta por la generación artificial de nuevos glaciares aunque aclara que para el Estado significaría inyección de recursos en tecnología.
“Si queremos realmente salvar los glaciares hay que hacer una inversión para desarrollar las tecnologías y las pruebas. Hasta ahora quienes han apoyado y financiado las pruebas han sido empresas privadas, sobre todo las mineras que están preocupadas de mantener los glaciares y su entorno”.
Al igual que el experto de la Universidad de Chile, el director de Greenpeace comentó que no se pueden crear glaciares a la escala que se requiere, por lo que los que existen actualmente evitan la construcción de mecanismos de embalse y acumulación de agua que dejarían sin presupuesto al país por varios años.
Cabe señalar que el escenario actual según el Gobierno tampoco es favorable para este tipo de proyectos, puesto que ha incluso ralentizado reformas comprometidas debido a la desaceleración económica.