El incendio del hogar de la familia palestina, situado en la población de Kafr Douma, cerca de la ciudad de Napelusa, tuvo lugar en la madrugada de este viernes 31 de julio. Sus habitantes dormían, circunstancia que les dejó pocas probabilidades de salir indemnes del siniestro.

Varios testigos y agentes policiales afirman que la palabra “venganza” estaba escrita en hebreo en las paredes de la casa, así como la frase “el precio a pagar” y una estrella de David. Según la radio militar, el incendio fue provocado por dos hombres enmascarados que lanzaron bombas Molotov en dirección de dos viviendas, una de ellas residencia de la pareja Dawabcheh, padres de la víctima.

Punto de vista de las autoridades palestinas

La Organización de Liberación de Palestina (OLP) aseguró que el gobierno israelí es “totalmente culpable” de la muerte del bebé palestino quemado vivo, añadiendo que es la consecuencia directa de “la impunidad” otorgada por el gobierno a los colonos.

Para Nabil Abu Rdainah, portavoz del presidente Mahmud Abbas – citado por la agencia de prensa oficial palestina Wafa – Israel es responsable de tal acto: “Un crimen como este pudo cometerse porque el gobierno israelí ha insistido en continuar la colonización y en proteger a los colonos”.

Saëb Erakat, N° 2 de la OLP, subrayó que “no se puede disociar este ataque bárbaro” de un “gobierno que representa una coalición a favor de la colonización y el apartheid”.

Posición del gobierno israelí

El primer ministro Benjamín Netanyahu se declaró en estado de shock por esta agresión: “Es un acto terrorista. Israel actúa con firmeza contra el terrorismo, independientemente de quienes sean sus autores… se recurrirá a todos los medios para arrestar a los agresores y hacerlos comparecer ante la justicia”, señaló en un comunicado.

A su vez, el oficial Peter Lerner, portavoz del ejército, indicó que las investigaciones se habían iniciado, estimando también que se trata “nada menos que de un acto de terrorismo bárbaro”.

Luba Samri, vocero de la policía israelí, consideró que “las motivaciones de este ataque son nacionalistas”.

Las autoridades desmantelaron en medio de la semana dos implantaciones ilegales en la colonia Beit El, cerca de Ramallah, y expulsaron decenas de personas de otra cerca de Napelusa, lo que provocó airadas protestas de los colonos.