Estados Unidos suele, previo a las elecciones presidenciales, sacar a la luz personajes pintorescos que se presentan como aspirantes a ocupar la Casa Blanca y cuyas señas hacen dudar de la seriedad de la política estadounidense. De otro modo resulta impensable encontrarse con candidatas como la ex Gobernadora de Alaska Sarah Palin, dirigente del ultrarreaccionario Tea Party y que llegó incluso a ser parte de la dupla presidencial republicana junto a John McCain en las elecciones de 2008.
Hoy, el Partido del Elefante ha sacado a la luz una figura controvertible, tanto en su vida privada, como en el mundo de los negocios y que al irrumpir en la política no ha dejado a nadie indiferente: Donald John Trump. Multimillonario, dotado de un lenguaje agresivo, prepotente, xenófobo, racista, imprudente y una superficialidad disfrazada de cierta informalidad e incontinencia verbal, que son algunos de los conceptos que suelen usarse para definir la personalidad del Magnate estadounidense. Autor de un libro que lo retrata de cuerpo entero “Piensa grande y patea traseros en negocios y la vida” publicado en 2007. Un empresario que ya ha sido caracterizado como el “Bufón Oficial de la Contienda electoral” y que resulta atractivo para esa masa electoral, que desconfía de la clase política tradicional y se visualiza en este personaje que sostiene que “no tiene tiempo para ser políticamente correcto”.
El racismo como herramienta electoral
Un multimillonario que es capaz de patear el trasero hasta de su correligionario y ex candidato presidencial John McCain y dudar de su condición de Héroe de Guerra –McCain estuvo cinco años prisionero en Vietnam cuando su avión fue derribado – al sostener que “es un héroe de guerra porque fue capturado. A mí me gusta la gente que no ha sido capturada” desatando la ira de líderes prominentes del Partido Republicano que le aconsejaron que se retire y que “es una vergüenza para el partido”. Pero, el ventilador de Trump tiene mucha basura que lanzar y como prueba de la bajeza de su proyecto está el ataque indiscriminado, violento y racista contra los inmigrantes, especialmente mexicanos.
Trump es un político que ha hecho una considerable y cuestionada fortuna, hijo de una inmigrante escocesa, casado con una Checa en su primer matrimonio y una Eslovena en su tercer y actual matrimonio y que sin embargo suele centrar sus críticas contra los inmigrantes, en especial los mexicanos a los cuales ha acusado de “corruptos, delincuentes y violadores” proponiendo la construcción de un muro que separe a Estados Unidos de México, pero que tendría que ser pagado por la nación Latinoamericana. Sus palabras textuales reflejan la profunda ignorancia de este aspirante a la presidencia estadounidense al sostener que México no es amigo de Estados Unidos pues “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…) Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”. Otra de las joyitas de este aspirante presidencial refiere a sostener que “no quiero nada con México más que construir un muro impenetrable y que dejen de estafar a Estados Unidos”. Otra “mucha gente está enojada por mis comentarios con relación a México pero, enfrentémoslo. México está estafando totalmente a Estados Unidos. Nuestros políticos son unos tontos”
En un interesante trabajo, la analista Yesenia Barragán se pregunta ante las afirmaciones de Trump respecto de los inmigrantes y sus calificativos: “¿Existe una diferencia fundamental entre el argumento de Trump y los comentario de Obama a Univisión en 2012, con un récord de deportaciones en su administración, dos millones de inmigrantes, que según Obama está dirigido a “personas que generalmente representan una amenaza para nuestras comunidades”, en contraposición a “familias trabajadoras”? Trump afirma que la mayoría de los inmigrantes mexicanos son criminales, mientras que Obama argumentó que los 2 millones de personas, que su administración enjauló en cárceles inhumanas y sin acceso a un abogado, antes de ser devueltos a países económicamente indigentes y asolados por la guerra, estaban poniendo en peligro “nuestras comunidades”. Sin embargo, un informe reciente del American Immigration Council encontró que, 1.6 por ciento de hombres nacidos fuera de Estados Unidos se encuentran en prisión en contraposición al 3,3 por ciento de hombres nacidos en Estados Unidos, y que la mayoría de los inmigrantes encarcelados enfrentan cargos relacionados con inmigración. Sólo una milésima de uno por ciento de los inmigrantes indocumentados es acusado de asesinato”.
Efectivamente, disparar todos los dardos contra Trump sin sumar también a un sistema político-económico y social como el estadounidense, que avala esta visión y conducta de desprecio a los derechos de aquellos seres humanos que dejan sus hogares y familias para buscar mejores perspectiva allende sus países es cegarse y dejar pasar por alto la violencia racista que se desata día a día contra los inmigrantes sin papeles. Sea en esa nación norteamericana o como lo vemos día a día en Lampedusa, en Chipre, Malta, en Ceuta y Melilla.
Para Barragán “Las notorias observaciones de Donald Trump, diciendo que los inmigrantes mexicanos están “trayendo drogas, delincuencia y que son violadores”, ha proporcionado una buena oportunidad para muchos liberales y progresistas en los Estados Unidos para felicitarse a ellos mismos sobre su repulsa por los bulliciosos y despistados comentarios racistas de Trump… Mientras que sus palabras son obviamente ofensivas, este enfoque estrecho liberal de lenguaje, permite a expertos, políticos y comediantes ganar puntos como progresistas sin tener en cuenta su complicidad en el abuso y la explotación de millones de inmigrantes latinos”
El cientista político mexicano Emilio Lezama es un convencido, que ni siquiera el mismo Trump se toma en serio. Un empresario calificado como el Bufón más rico de Estados Unidos “El desprecio de Trump hacia los mexicanos sigue el parámetro de la doble moral de muchos republicanos. Critican a un país pero al mismo tiempo dependen económicamente de ese país. Discrimina a su gente pero al mismo tiempo cortejan al electorado de ese origen. Trump, en ese sentido, es la caricaturización perfecta del republicano radical” En todo caso representa un error garrafal el minimizar la irrupción de Trump en la arena política y las posibilidades que pueda tener en la carrera presidencial estadounidense.
Donald Trump, a punta de declaraciones tan ofensivas como peligrosas para la paz social estadounidense y el mundo, ha alcanzado índices de aprobación que lo tienen liderando las encuestas contra políticos republicanos como Jeff Bush y Marco Rubio. Todos ellos aspirantes del partido del Elefante a la presidencia de los Estados Unidos y que se enfrentarán, probablemente a la figura demócrata de Hillary Clinton en noviembre del año 2016. Al comenzar una campaña por la cual no se daban muchos puntos, hoy se sitúa de igual a igual con Jeff Bush, Gobernador de Florida y miembro de la dinastía Bush. Sus triquiñuelas, como aquella de exigir a Obama que mostrara su partida de nacimiento para demostrar que era estadounidense, para finalmente tener que hacerlo, le ha redituado de forma tal que aquí lo tenemos, escalando posiciones para tratar de hacer del Salón Oval su mesa de Directorio.
Las propuesta de Donald Trump se caracterizan por centrar sus acciones contra la población inmigrante con propuestas tan absurdas como violatorias de los derechos humanos, pero que encuentran eco en una masa votante que ha solido demostrar su ignorancia votando a candidatos de la talla de Sarah Palin del Tea Party o mirar ahora a este multimillonario que como caballo desbocado lidera las carrera por las preferencias entre los candidatos republicanos. Rem Rieder, comentarista de USA Today afirma “Trump es una mala noticia para el periodismo. No es un candidato serio, es un ladrador de carnaval. Es adicto a llamar la atención sobre sí mismo. Y sin embargo no puede ser ignorado totalmente, por muy atractiva que sea esa opción”. Medios de comunicación estadounidenses como The New York Times y el Post, entre otros, estiman que las declaraciones y extravagancias de este político-empresario benefician a los demócratas, ya que Trump representa la cara más negativa de los republicanos.
Trump como expresión de un mal mayor
Pero, hay que tener precaución de calificar sólo de estrafalario, bufón o ser considerado un personaje poco serio, irresponsable en sus afirmaciones y de una ignorancia supina a Donald Trump. Esto, pues este tipo de político suele representar a la media estadounidense, que ve reflejado en este tipo de personas sus miedos atávicos, sus pretensiones de informalidad, de negarse a lo políticamente correcto, considerarse como un self made man y despreciar todo aquello que le es desconocido o que no lo siente como parte de su identidad como estadounidense, aunque esta nación haya sido formada por millones de inmigrantes de todas las latitudes.
Donald John Trump es un bribón de los negocios, un ladino que se presenta como un empresario dotado de consumado olfatillo comercial, pero que no duda en utilizar las quiebras como un trampolín para iniciar nuevos negocios. Ha reconocido abiertamente que las leyes de bancarrota estadounidenses le han servido como una herramienta de negocios, ya que reestructura sus deudas y sigue creciendo. Es el pícaro, el que se salta las leyes si eso implica “avanzar, desarrollarse y conseguir sus objetivos”
En el plano internacional, Trump apoya públicamente a Benjamin Netanyahu, sosteniendo que un primer Ministro fuerte representa un Israel fuerte. Apoyo que se expresa también a la política implementada por el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense- Israelí – AIPAC por sus siglas en Inglés – Con referencia a Arabia Saudita, tradicional aliado estadounidense este aspirante a la Casa Blanca ha propuesto cobrarle la protección que s ele brinda en materia militar ya que “sin la protección de Estados unidos Arabia Saudita no existiría”. Frente a Daesh, el multimillonario que desea conseguir el sillón presidencial sostiene que “nuestro país debe mandar tropas a Irak y arrebatarle los pozos de petróleo para evitar su financiación” idea de invasión que no menciona los 4.500 militares estadounidenses muertos en su incursión fallida en Irak, ni tampoco la responsabilidad de las administraciones estadounidenses en el desarrollo de Daesh.
Con relación a China, Trump ha declarado que “este país se está enriqueciendo a nuestra costa. Se ha reconstruido a sí misma con el dinero que se está sacando de Estados Unidos y con los trabajos que se están perdiendo en Estados Unidos… los chinos están devaluando otra vez su moneda y nos están destrozando, es verdad que nuestra moneda sube y parece que es algo bueno, pero eso va a ser devastador para nuestra economía”. El aspirante a la nominación presidencial republicana Donald Trump aprovechó hoy el desplome de algunas plazas bursátiles, entre ellas Wall Street para culpar de esa caída a “la pobre planificación” de China. Los mercados se están desplomando. Todo por culpa de la pobre planificación y por dejar a China y Asia dictar la agenda. Esto podría complicarse. Voten por Trump”, señaló en su cuenta de Twitter
Respecto al acuerdo nuclear firmado entre el G5+1 e Irán el magnate estadounidense sostuvo que John Kerry y el equipo negociador en Viena que formaron parte de este acuerdo “son unos incompetentes. Pues Irán, gracias a este Acuerdo se volverá rico y poderoso. Los que firmaron este acuerdo son “incompetentes” Este es un mal acuerdo que nos llevará a un Holocausto Nuclear” Como parte de su esquema mental de empresario y especulador Donald Trump sostuvo “yo soy realmente bueno mirando un contrato y encontraré cosas en el – el convenio firmado en Viena – y lo haré de forma tan estricta que ellos no tendrán oportunidad de incumplirlo”
Según una encuesta divulgada por la empresa Gallup, la mayoría de los hispanos en los Estados Unidos tiene una visión negativa de Donald Trump, Tal hecho complicaría las pretensiones de este magnate, pues la población de origen hispano representa el 17 por ciento de la población total de Estados Unidos y un sector con el que se tiene que contar sí o sí. Jeff Bush, quien está casado con una inmigrante de origen mexicano ha mejorado su percepción con el mundo hispano, por su “tono más favorable” en temas de migración. Sigue en porcentaje de apoyo el Senador republicano de origen cubano Marco Rubio.
Pero, las cifras de rechazo para Trump, venidas desde la comunidad hispana o los conflictos con figuras televisivas a las cuales ha expulsado de sus conferencias de prensa, como el presentador mexicano de la cadena Univision Jorge Ramos, no le hace mella a este político-empresario pues su población objetivo es esa masa de republicanos que ven en la diferencia un peligro para el estilo de vida estadounidense y cualquiera que llegue a defenderla contará con el voto WASP – White Anglo SaxonProtestant – los grupos más reaccionarios y todos aquellos que signan la responsabilidad de los males de la vida de Estados Unidos a inmigrantes, negros o chinos. En estos días, en el fracturado campo republicano Donald Trump está aprovechando sus 15 minutos de liderazgo sin que le importe que su conducta de bufón y ladrador de carnavales lo hace el hazmerreír en el mundo.
Artículo del Autor cedido por Hispantv