La Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia Sopnia, realizó el lanzamiento del libro Marihuana. Consensos y evidencias sobre su impacto en la Salud.
La iniciativa surge del deber ético de apoyar la educación comunitaria y se plantea como un esfuerzo de la comunidad médica por acercar las discusiones científicas a la sociedad civil. Además, en medio del debate público sobre la marihuana y su uso médico y recreativo, el libro aparece como un intento por dotar de insumos técnicos a la discusión legislativa.
La primera parte del libro, titulada Visiones y efectos del consumo, desglosa en diez capítulos la realidad del consumo de cannabis en Chile y el mundo. El segundo capítulo, denominado Usos Medicinales se detiene en el análisis de seis enfermedades y la efectividad de la utilización de cannabis para su tratamiento y las terapias paliativas de dolor.
Viviana Venegas, neuróloga pediátrica, presidenta del directorio de Sopnia y una de las principales gestoras del proyecto, dice que este libro está pensado para “todo aquel ciudadano que quiere conocer, saber y entender este proceso. Desde esa perspectiva, si pensamos que nuestro foco son los niños y adolescentes, los colegios y las comunidades escolares donde se trabaja con talleres y módulos de prevención, son los lugares donde nos gustaría que este libro llegara”.
Por su parte, el Subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, evaluó el libro de manera positiva y valoró la iniciativa como un apoyo a la labor legislativa:“La pretensión que tiene el científico no es una pretensión ética en el sentido de determinar qué es lo que está bien y que es lo que está mal, sino que aquel que toma la decisión, en este caso el legislador, tome justamente la decisión de la manera lo más informada posible. En este sentido, nosotros como Ministerio de Salud valoramos el trabajo que hacen las sociedades científicas”.
Estadísticas desiguales
Según se da cuenta en el libro, los adolescentes chilenos serían los mayores consumidores de marihuana en Latinoamérica. Situación que pondría en tela de juicio las políticas públicas orientadas a la prevención de este fenómeno.
En nuestro país, uno de cada seis menores de 18 años que consume marihuana, tiene una adicción, mientras que en los adultos la estadística alcanzaría a uno de cada nueve.
El jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, señala que las cifras tienen un correlato en las relaciones sociales, que agudizaría las desigualdades existentes en el país:
“Las poblaciones vulnerables al menos duplican el consumo de riesgo a las no vulnerables. Pasa en marihuana y también en alcohol. Por ejemplo, en marihuana se consume más o menos lo mismo en colegios pagados que en colegios municipales, pero el riesgo de que ese consumo sea perjudicial, es más del doble en los colegios municipales que en los colegios pagados”, señaló Ibáñez.
En otras palabras, aunque ricos y pobres consuman cantidades similares de marihuana, los pobres tienen el doble de probabilidades de volverse adictos que los ricos, lo que según el doctor Ibáñez “redunda estas desigualdades”.
Lo anterior no se explica sólo por la falta de redes de protección y apoyo, sino que también está estrechamente relacionado con la deserción escolar: “No terminan los estudios obligatorios y no siguen estudiando después, lo que produce un aumento en las brechas. Esas son las cosas que no se dicen mucho y que faltan en el debate”, señaló el psiquiatra.
Ley insuficiente
El subsecretario de Salud Pública reconoció la ineficacia de la Ley de Drogas y advirtió la necesidad de establecer modificaciones legales: “La idea de legislar acerca de modificar la ley 20 mil a nosotros nos parece que es un tema necesario y que si bien no era parte del Programa de Gobierno, nosotros lo vemos favorablemente. Resulta evidente que la ley 20 mil no nos está sirviendo para el control del narcotráfico que es su propósito”.
Además, Jaime Burrows anunció que próximamente el Ministerio del Interior dará a conocer las indicaciones que, como gobierno, consideran pertinente hacerle a la llamada Ley de Drogas.
La doctora Venegas señala que antes de legislar hay que tener en cuenta el complejo entramado de mensajes que se están transmitiendo a los niños y adolescentes: “Si desde el mundo adulto legislamos diciendo: esto es bueno, esto es saludable, no pasa nada, mira que bien estoy, la verdad es que el adolescente entiende que no pasa nada, consume y los efectos sobre él son irreversibles”, concluyó.