El abuelo y el tío del coreógrafo Guillermo Becar fueron detenidos y llevados al Estadio Nacional tras el Golpe de Estado de 1973. El coloso ñuñoíno, sede de múltiples eventos deportivos, se había transformado en prisión y centro de tortura y ambos fueron víctimas de esta brutal agresión. Cuando recuperaron su libertad, el primero había perdido la memoria y el segundo se enroló en el ejército.
La violencia con la que convivió la familia del director de danza contemporánea, es el argumento de Estadio, obra de Anilina Colectivo. “Todo esto parte a raíz de un poema que escribí en el año 2000, que se llamó Una manzana volvió verde, en referencia a mis familiares torturados. En la escenografía habrá manzanas rojas y verdes, como una analogía del fruto prohibido. Hay varios elementos que están en la obra. La visión mía y la familiar también, cómo nos tuvimos que hacer cargo de ese abuelo que no recordaba cómo se llamaba”, dice Guillermo Becar.
“Tomé como base la solución de continuidad (denominación médica para hablar de heridas y cicatrices) y la resiliencia, la idea de que cómo los seres humanos tomamos nuevas posiciones en la vida para poder continuar”, comenta el director de 28 años.
Estadio cuenta con siete intérpretes, solo mujeres, todas relacionadas con los abusos del régimen militar, ya sea sufriéndolos directamente o a través de sus familiares. Además, tendrá varios guiños al Estadio Nacional como centro deportivo. Habrá dos tribunas y la acción sucederá entre ambas, simulando una cancha. El público podrá escuchar dos relatos futboleros: uno del último partido que se jugó antes de que el recinto fuera tomado por el horror, y otro ficcional del encuentro premundialista entre Chile y la Unión Soviética que debió disputarse en 1973, pero que nunca sucedió.
La obra se presentará desde el 24 de septiembre al 4 de octubre, de jueves a sábado a las 20:00 y domingo, a las 19:00 horas. La entrada tiene un valor de $5000 (general), $3000 ( estudiantes y tercera edad) y $2000 ( jueves popular).