El postergado anuncio del proceso constituyente finalmente se concretó. Al menos en lo que respecta a los procedimientos y mecanismos del proceso que busca reformar la Constitución.
Y es que han sido varias las instancias en las que la Presidenta Michelle Bachelet se ha referido al tema, partiendo por la campaña presidencial, donde incluso se hablaba de una Reforma Constitucional.
Ya instalada en La Moneda el discurso cambió. Durante su mensaje del 21 de mayo ante el Congreso, de reforma se pasó a proceso constituyente, fijándolo para septiembre. Nueva postergación que se aplazó en un mes.
Este martes, a través de una cadena nacional de televisión, la Mandataria aseguró que le proceso se hará “como nos lo exige una obra de esta magnitud, con sentido de Estado y carácter republicano, con espacios reales de participación y diálogo entre todos los ciudadanos y ciudadanas y dentro de los canales de nuestra institucionalidad”, agregando la necesidad de basarse en la solidez de las tradiciones jurídicas.
En cuanto a los pasos del proceso, detalló que en los próximos días se iniciará una etapa de educación cívica constitucional, “para que todos tengamos la información necesaria para involucrarnos activamente”, periodo que se extenderá hasta marzo de 2016.
En ese momento, se realizará un proceso de diálogos ciudadanos. “Partiremos por las comunas, seguiremos por las provincias y regiones, para terminar con una síntesis a nivel nacional. El resultado de estos diálogos serán las bases ciudadanas para la nueva Constitución, que me serán entregadas en octubre de 2016”.
Paralelamente, la Presidenta nombrará en las próximas semanas un Consejo Ciudadano de Observadores, que acompañe el proceso y dé garantías de transparencia y equidad. “Será un grupo de ciudadanos y ciudadanas de reconocido prestigio, que permita dar fe de la calidad del proceso”.
Posteriormente, el cronograma apunta a transformar las bases ciudadanas en un proyecto de nueva Constitución, acorde a las obligaciones jurídicas que Chile ha contraído con el mundo.
La siguiente etapa, al inicio del segundo semestre de 2017, considera la presentación del proyecto ante el Congreso. “No basta con tener un proceso participativo y un proyecto para que la nueva Constitución sea realidad, pues la actual Constitución no contempla mecanismos para elaborar una nueva Carta Fundamental. Por eso necesitamos darle un cauce institucional dentro de nuestra actual legislación para que sea viable”.
En consecuencia, a fines de 2016 el Ejecutivo enviará al Congreso un proyecto de reforma de la actual Constitución para que por 2/3 de sus miembros en ejercicio establezca los procedimientos que hagan posible dictar una nueva Carta Fundamental”
“Propondremos al actual Congreso que habilite al próximo para que sea él quien decida, de entre cuatro alternativas, el mecanismo de discusión del proyecto enviado por el Gobierno y las formas de aprobación de la nueva Constitución”, explicó.
Las alternativas consisten en la formación de una comisión bicameral de senadores y diputados, una convención constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos, la convocatoria a una Asamblea Constituyente y, en cuarto lugar, la convocatoria por parte del Congreso a un plebiscito para que la ciudadanía decida entre las anteriores alternativas.
La Mandataria manifestó que el mecanismo recaerá en el nuevo Parlamento elegido en 2017, aludiendo al nuevo sistema electoral, la nueva ley de partidos y una nueva ley de financiamiento electoral. “Propondremos que esa decisión pueda tomarla el Congreso por una razonable mayoría de 3/5”.
Finalmente, la Presidenta detalló que “la instancia constituyente que el próximo Congreso elija deberá discutir el proyecto enviado por el Gobierno, fundado en las bases ciudadanas para una nueva Constitución”, proyecto que luego deberá ser sometido a un plebiscito vinculante para su ratificación por parte de los ciudadanos.