Lorena Fries: “Se debe revertir la hegemonía cultural del individualismo”

La Encuesta Nacional de Derechos Humanos 2015 dejó ver una alta valoración Derechos Humanos y la Democracia  por un lado y la presencia de rasgos autoritarios en nuestra sociedad por el otro.

La Encuesta Nacional de Derechos Humanos 2015 dejó ver una alta valoración Derechos Humanos y la Democracia  por un lado y la presencia de rasgos autoritarios en nuestra sociedad por el otro.

Según los resultados de la Encuesta Nacional de Derechos Humanos 2015, un 91,5 por ciento de la ciudadanía declaró estar de acuerdo con que éstos sean parte fundamental de sus vidas. Sin embargo, en el mismo documento elaborado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la afirmación se contradice con aquellas respuestas que aseguran que los DD.HH. “dificultan la lucha contra la delincuencia”.

La Directora del INDH, Lorena Fries, explicó que actualmente “hay una especie de percepción y conocimiento de lo que son las reglas del juego democrático, pero no necesariamente ellas tienen que ver con un comportamiento de la ciudadanía no discriminatorio. Eso es complicado, porque si hay algo propio de la esencia de la democracia es justamente el tener a la base las garantías y el respeto de los Derechos Humanos”.

Para Lorena Fries llama la atención que en uno de los países en que las estadísticas reales de comisión de delitos siguen siendo bajas, el combate contra la delincuencia sea un punto débil a la hora de hablar de Derechos Humanos.  En ese sentido, apuntó a la cultura del castigo y su relación con eventuales casos de tortura: “Este es un país que castiga mucho, que cree que el castigo es la forma de corrección. Allí se nota nuestra matriz autoritaria, por eso es que ante cualquier delito todos a la cárcel, por eso los niveles de violencia. Acá, lo que se sale de un cierto orden es castigado de forma severa, casi físicamente, eso tiene que ver con la percepción que hay respecto a hechos de tortura”, dijo.

En ese sentido, la Directora del INDH se refirió a las consecuencias que ha tenido el actual orden institucional donde, a través de los años, se ha promovido la búsqueda del bienestar a través de actos individuales, construyendo una sociedad poco solidaria.

“La individualización o los procesos individualistas a los que hemos estado sometidos, sobre todo bajo este sistema social y económico, tiene un lado bueno, en el sentido de que las personas afirman mucho hoy día sus derechos individuales, pero tienen una contrapartida, que es que los lazos comunitarios -que es la base para trabajar en el ámbito de la igualdad- es algo que hemos ido perdiendo”, indicó.

“Se trata de una hegemonía cultural que de alguna manera debemos tratar de revertir”, afirmó. En esa línea, sostuvo que hay conciencia del daño que esta lógica cultural ha generado, pero no claridad sobre la forma de revertirlo.

Lorena Fries también criticó el déficit que hay en la valoración de otros derechos, distintos al derecho a la propiedad, que tienen un gran respaldo jurídico en el país. “El caso más grotesco es el de Pinochet, quien termina siendo desclasificado por el tema de dinero más que por las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en dictadura”, dijo.

También se pronunció sobre la segmentación social que existe en Chile, no sólo en cuanto a pobreza, sino que también en términos de “guetos donde viven los idénticos, respecto a otros guetos de idénticos con menos derechos”, afirmó.

En ese contexto se refirió a la necesidad de generar un avance sustantivo en la educación formal. La que “claramente es una tarea del Estado donde estamos al debe”.

Además, apuntó al rol de la educación no formal y el papel de la ciudadanía: “No se trata sólo de Educación, sino también de avanzar en la arquitectura social que se requiere para garantizar los derechos de todos y todas”, sostuvo.





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