Clima añade presión a crisis migratoria en Europa

Se sigue agudizando el problema humanitario que representa la ola migratoria que, a toda costa, por tierra o por mar, intenta ingresar al viejo continente ante las malas condiciones y el horror de los conflictos armados que se viven en Medio Oriente y África. Miles de refugiados agobiados, han pasado noches a la intemperie bajo la lluvia y el frío en la península de los Balcanes.

Se sigue agudizando el problema humanitario que representa la ola migratoria que, a toda costa, por tierra o por mar, intenta ingresar al viejo continente ante las malas condiciones y el horror de los conflictos armados que se viven en Medio Oriente y África. Miles de refugiados agobiados, han pasado noches a la intemperie bajo la lluvia y el frío en la península de los Balcanes.

Esto, cuando diversos países europeos mantienen su decisión de bloquear las fronteras, mientras la diplomacia está enfrascada en disputas sobre cómo gestionar la ola migratoria que no se detiene, pese a los acuerdos que han adoptado los países en conjunto.

El otoño recrudece y trae consigo la amenaza del invierno. El cambio estacionario se transforma en una presión más, ya que, quienes se aprontan a cruzar las fronteras saben que si no lo hacen ahora las condiciones del clima no se los va a permitir.

En mayo pasado, Europa adoptó una Agenda Internacional para las Migraciones, que consiste en reforzar las fronteras y crear “hot spots” o zonas especiales de llegada de migrantes con centros encargados de la relocalización de los refugiados o asilados, que considera a nivel continental un total de 160 mil plazas.

Sin embargo, el número de cupos es muy pequeño ante una crisis que sigue aumentando y que está “desbordada”, tal como indicó Olga Unianova, analista internacional y académica del Instituto de Estudios Internacionales del Centro de Estudios Avanzados (IDEA).

“Lo que estamos viendo es que la situación se les va yendo de las manos a las autoridades europeas, incluso a los países que están dispuestos a recibir de la mejor manera a los migrantes, porque el flujo no decae sino que se detiene o aumenta aún más y las capacidades que ya tenían instaladas que consideraban buenas o suficientes, ya no dan abasto”, afirmó.

Con esto coincidió el Padre Idenilso Bortolotto, del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), quien recientemente estuvo en el Foro Global de Migraciones y Desarrollo, realizado  en Turquía por los Gobiernos y la sociedad civil. Para el religioso la respuesta que se ha dado “no es suficiente”.

Por eso se manejan otras alternativas, como el reciente acuerdo al que se llegó este fin de semana con Turquía, país donde circulan dos millones de refugiados y que, a partir de ahora, trabajará para alojarlos a cambio de compensaciones, dentro de las que no se descarta una consideración del controvertido intento de anexión a la Unión Europea.

Aún así, el religioso afirmó que se siguen cometiendo errores, como el cierre de las fronteras en naciones como Hungría o Croacia: “Cerrar las fronteras no va a solucionar el problema, porque las migraciones van a tener escapes por otros lados, de manera clandestina, o con un incremento de las situaciones de muerte o abandono” afirmó.

Sin embargo, el religioso apela al entendimiento de algunos países “que están buscando respuestas, mientras que otros se repliegan y cierran sus fronteras, mostrando que no han entendido la dimisión del problema”.

Para la profesora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile y experta en migraciones, Rita Lages, Europa está tratando de buscar  soluciones conjuntas pero, para cada propuesta, hay una serie de resistencias internas de los países miembros, con lo que el conflicto se sigue arrastrando.

Ante esto, la especialista adelantó que pronto el continente enfrentará otra arista de la crisis, ya que dentro de los acuerdos se considera una serie de mecanismos para facilitar la expulsión de quienes no sean refugiados o solicitantes de asilo.

Esto es complicado, afirmó Olga Ulianova, quien puso el acento en la aparición de personajes altamente agresivos e intolerantes, que sólo aumentan los grados de polarización al interior de los países, como se vio en Alemania este sábado con el asesinato de tintes xenófobos de la candidata a alcaldesa de Colonia, Henriette Reker.

Para la académica, el fenómeno de la migración es como un papel de revelado que muestra los problemas internos que esconden de los países y que pone a prueba a las sociedades contemporáneas.





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