Como una posta que se recibe, pero que luego debe ser entregada, grafica la ahora ex subdirectora del Consejo de la Cultura y las Artes Lilia Concha, su salida del servicio la que se intentó mostrar como un problema judicial por el arriendo de un inmueble para un colegio.
Un día después de su renuncia al consejo el 30 de octubre recién pasado, el diario El Mercurio de Valparaíso publicó que la salida se debía a un juicio por el no pago del arriendo del edificio de un establecimiento educacional en la comuna de Puente Alto, colegio que de paso Lilia Concha dice estar orgullosa y que desde su fundación es totalmente gratuito.
Para la ex subdirectora, su renuncia fue producto de un nuevo momento al interior de la entidad que ahora encabeza el ministro Ernesto Ottone, pues “para cada momento hay tareas, hay desafíos que se van instalando en las distintas etapas. Las transformaciones se van desarrollando dentro de una gradiente, tienen una cierta gradualidad. Y en ese proceso, en esa gradiente, hay hitos que se tienen que ir cumpliendo en distintas etapas. Y para cada etapa y para cada una de las taras que se van instalando en cada uno de esos momentos se van requiriendo liderazgos con estilos distintos”.
Además, la ex subdirectora del Consejo de la Cultura puntualiza que cada autoridad está en su pleno derecho de coordinar sus equipos de trabajo para avanzar hacia sus objetivos en base a la impronta que quiere dar a su gestión, por lo que su salida está totalmente justificada al ser el cargo que ocupó de absoluta confianza del Ministro Presidente de la entidad.
Lilia Concha subraya que desconoce el origen de la información publicada por el periódico de Valparaíso, el que a su juicio “instala una versión que está fuera de la realidad y claramente no está dentro de las razones que explican la renuncia al servicio y que además se aleja de la realidad de lo que significa ese proyecto educativo ahí. Efectivamente eso fue ingrato, porque tengo la convicción de que no sólo no es un proyecto que merezca reproche, sino que además es un proyecto del que nos sentimos orgullosos por la cantidad de trabajo puesto ahí, de horas profesionales, de conocimiento aportado, de cariño, de recursos propios puestos para sacar adelante un proyecto educativo en un contexto que es complejo”.
Precisamente, la información de El Mercurio sostiene que Lilia Concha es representante de Siembra Sociedad Anónima y que mantenía una deuda por el arriendo del inmueble de poco más de 3 millones de pesos, además de una cuenta impaga del suministro eléctrico, lo que ella rechaza tajantemente y que incluso provocó una reacción de asombro de la dueña de esa propiedad por el contenido de la información del rotativo. El colegio está en la población Bajos de Mena en Puente Alto, y está integrado principalmente por niños de la población vecina, El Volcán de dicha comuna, un lugar del que, sostiene, “muchos más bien arrancan, donde no quieren estar”.
Por eso entiende que este intento por acusarla tiene que ver con una molestia mayor respecto a las propuestas de cambios del Gobierno, porque “hay intereses de poderosos que se tocan y por lo tanto esos intereses se empiezan a movilizar para desprestigiar, desacreditar, desgraciadamente con malas artes, a quienes hemos ejercido cargos públicos, hemos sido parte de esa función que ha puesto todo su empeño en sacar adelante la implementación del programa de Gobierno”.
Lilia Concha destacó finalmente el impulso dado en estos dos años al trabajo cultural, incluyendo la consulta indígena bajo los parámetros del Convenio 169 de la OIT para la institucionalización del Ministerio de la Cultura, objetivo que será el próximo desafío de la entidad que abandonó a fines de octubre, cargo que hasta ahora espera un sucesor.