La reciente inauguración en el Museo Whitney de Nueva York de una retrospectiva sobre uno de los artistas abstractos vivos más importantes, el norteamericano Frank Stella, ha despertado el interés mundial de los medios de comunicación, incluyendo a Chile.
Pero los nexos de Stella con el país no sólo pasan por la mediatización de sus exposiciones por el mundo, sino desde la presencia de su obra y de su interés por los procesos políticos y culturales locales de los últimos 45 años. Producto de esto es que una de las obras más emblemáticas de la colección del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) es la pintura Isfahan III (1968), donada por el norteamericano al Museo de la Solidaridad en 1972, y expuesta actualmente en el Museo, más una pequeña muestra dedicada a proyectos que continuó trabajando con el MSSA.
La donación del artista ocurre después de la retrospectiva de 1970 realizada por el MoMA, y se da en apoyo al proyecto de la Unidad Popular gracias a la gestión de la crítica de arte Dore Ashton, miembro del Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile.
Tras la reinstalación del museo en Chile, Carmen Waugh, directora del MSSA hasta el 2005, inició la labor de reunir las colecciones de los periodos fundacionales del Museo, y verificar la existencia de las obras que fueron donadas. Durante la investigación de las obras faltantes del envío estadounidense de 1972, Waugh viaja a Nueva York en diciembre de 1992, y visita a Stella en su taller para abordar el estado de conservación de su obra.
Tras ese encuentro, a comienzos de 1993, Stella envía una carta a Waugh, junto a fotografías de un proyecto arquitectónico y otro escultórico para el MSSA. El primero, un edificio para el funcionamiento del museo; el otro una escultura para el espacio público. Ambos quedaron en carpeta por falta de financiamiento.
El 20 de marzo de 2000 el MSSA inauguró su nueva sede, en una ceremonia que fue encabezada por el Presidente Ricardo Lagos; Hortensia Bussi, viuda de Allende; y Carmen Waugh. Entre los invitados se encontraba Stella, quien finalmente pudo reencontrarse con su obra y conocer el MSSA.
Después de esta visita, la idea de realizar una exposición en Chile, Argentina y Brasil, empieza a tomar cuerpo, según consta en la correspondencia entre Stella, Waugh y Ed Shaw, crítico y amigo del artista, residente en Chile. En esas comunicaciones, Stella menciona su interés por realizar una escultura pública de gran formato en uno de estos países y de exhibir en el MSSA, pero nuevamente estos planes no prosperaron por falta de recursos.
Cuatro años después, Waugh, sabiendo que Stella viajaría a Chile a inaugurar una exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, lo invita a realizar una actividad en el MSSA. Es así como el 2005, Stella realiza una charla en el taller de grabado del Museo, en la cual compartió su experiencia con artistas y profesores vinculados a las artes gráficas.
Esta rápida revisión nos permite instalar a un Stella cercano y presente en la historia de más de 40 años del MSSA; un artista vinculado a los procesos políticos y artísticos del país; aspectos, todos estos, que se pueden revisar por estos días en un museo que fue pensado para acercar el trabajo de los más importantes artistas visuales del mundo al pueblo de Chile.