El empate transitorio conseguido por el delantero palestinista Marcos Riquelme -luego que el delantero cruzado, David Llanos abriera la cuenta a los 30 minutos-, goleador del Apertura 2015, a los 67 minutos de juego instaló todos y cada uno de los fantasmas entre las más de 7 mil almas que llegaron a San Carlos de Apoquindo, y que una vez más veían cómo se quedaban con las manos vacías, ahora en la liguilla por la Copa Sudamericana 2016.
Sin embargo, el entrenador de los de la franja, Mario Salas, movió rápidamente sus piezas y determinó el ingreso de un cuestionado Carlos Espinosa, por el volante de contención César Fuentes. Tibias pifias se dejaron caer sobre el gramado con este cambio, sin embargo tres minutos después, el mismo Espinosa metió un pase en profundidad para Jeisson Vargas, quien centró para un destapado David Llanos, quien cabeceó solo frente a Luis Marín, sin embargo el portero logró repeler el tiro, pero no contaba con la intervención del defensa Agustín Farías, el cual se encontró de frente con el balón sin poder reaccionar, y convirtiendo en su propio pórtico.
Fue el 2 a 1, resultado que llevaba el partido a penales, ya que se igualaba el marcador del cotejo de ida, cuando los tetracolores vencieron en Santa Laura el pasado jueves.
Sin embargo, el gol en propia puerta fue un mazazo para los dirigidos por Pablo Guede del cual nunca se pudieron recuperar. Así a los 75 minutos, el canterano Vargas puso el tercer tanto cruzado, con lo que se aseguraban los pasajes a la Sudamericana.
Finalmente, Michael Ríos a los 85 minutos puso cifras definitivas en el marcador, refirmando el ritmo demoledor que impusieron los de la franja luego, paradójicamente, del empate conseguido por Palestino.
Pitazo final, y la Universidad Católica por fin logra celebrar en su feudo, espantando, aunque sea en parte, algunos de los fantasmas que la han perseguido desde la fatídica final del Apertura 2011.