Para la primera semana de enero se espera que el Ministerio de Medio Ambiente entregue el Anteproyecto del Plan de Descontaminación de Santiago. La iniciativa busca disminuir la contaminación del aire durante los meses de invierno.
Pese a que aún no se entrega el documento definitivo, la cartera de Medio Ambiente, ha señalado que el Plan se funda en tres pilares fundamentales: restricción vehicular a los automóviles catalíticos durante los meses de invierno, la prohibición de quemar leña en Santiago y la obligación contractual de recambiar progresivamente los buses del transporte público
Ernesto Gramsch, doctor en Física y académico e investigador de la Universidad de Santiago, enfatizó que las medidas que se piensan implementar, podrían servir, pero “es más de lo mismo, es poner más estrictas las mismas cosas que hasta ahora no han funcionado demasiado bien”.
Una de las medidas criticadas por el experto fue la prohibición de quemar leña. La iniciativa fundada en los antecedentes entregados en el último Inventario de Emisiones, señala que la quema de este producto es la principal fuente de contaminación en Santiago.
Gramsch advirtió que la restricción total de la quema de leña ”Probablemente no va a tener mucho efecto porque hay mucha gente que usa leña porque la necesita, porque si no queman se mueren de frío en el invierno o no pueden cocinar”. Además, el científico explicó que recientes investigaciones lideradas por su equipo han demostrado que la mayor parte de la contaminación por la quema de orgánicos se concentra en el sector bajo de la ciudad, en comunas como Pudahuel, Cerro Navia y Quilicura.
Restricción y Controles
Otra de las medidas anunciadas es extender la restricción vehicular a los vehículos catalíticos. Se evalúa que se extienda a dos números diarios y obligatorios, aunque sólo durante los meses de invierno. Esta medida, dejaría fuera de circulación diariamente unos 340 mil vehículos con sello verde.
Los vehículos catalíticos contaminan mediante tres mecanismo distintos: por el tubo de escape, por el desgaste de frenos y otras partes del vehículo; y al elevar polvo del contacto con el suelo.
Un tercer aspecto que considera el anteproyecto, es la obligación de un recambio progresivo a los buses del transporte público.
Manuel Leiva, académico e investigador del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, explicó que si bien resulta positivo que se fiscalicen los buses, “también esta medida debería extenderse a los vehículos que utilizan diésel y a los camiones, pero eso difícil por la fuerza que tiene el gremio”.
Además, el experto señaló que “está muy bien que sigan mejorando las tecnologías o usando filtros en los buses para controlar las emisiones, pero eso también pasa por la mejora del Transantiago. Hacer una cosa y dejar de hacer la otra o seguir con los problemas del Transantiago, es un sinsentido.
Durante la próxima semana el Ministerio de Medio Ambiente subirá el anteproyecto a su página web, donde abrirá una consulta pública, lo que le permitirá recoger opiniones de distintos sectores de la comunidad.
El plazo para sumarse a esta discusión será de 60 días hábiles y se espera que una vez transcurrido este tiempo, la cartera pueda enviar el documento final a la Contraloría General de la República para su revisión.