La supuesta detonación de una bomba de hidrógeno por parte de Corea del Norte, movilizó a gran parte de las potencias mundiales para reunirse este miércoles en Nueva York en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y evaluar las medidas a seguir en contra del régimen de Kim Jong Un.
Sin embargo, las 15 naciones integrantes de la instancia no lograron consensuar acciones concretas y sólo hicieron una “fuerte condena” a la supuesta prueba del armamento nuclear, la cual describieron como una “clara amenaza a la paz y seguridad internacional”.
El embajador japonés en Naciones Unidas, Motohide Yoshikawa, había advertido que el Consejo dañaría su propia credibilidad si las nuevas sanciones no eran significativas y prontas.
Previamente, Corea del Norte había realizado tres pruebas nucleares en 2006, 2009 y 2013 que gatillaron sanciones de Naciones Unidas, las cuales, sin embargo no lograron disuadir a Pyongyang quien en una declaración leída por la Agencia Central de Noticias de Norcorea señaló que el arma era necesaria para la defensa contra Estados Unidos, al que describió como el “líder de la agresión” y como una “banda de crueles ladrones”.
No obstante, expertos en temas nucleares señalaron que era improbable que Corea del Norte haya desarrollado la tecnología para obtener la bomba de hidrógeno, considerando la magnitud del sismo que provocó la detonación -5.1 en la escala Richter-, similar al movimiento telúrico provocado por la última prueba de armamento nuclear realizado en 2013.