Este miércoles, Jorge Sampaoli regresó a Chile, luego de su viaje a Suiza, donde participó en la ceremonia de premiación al mejor entrenador del año, que obtuvo el técnico del club Barcelona, el español Luis Enrique.
Pero su atención no solo estaba puesta en el evento. También en lo que ocurrirá con su futuro al mando del combinado nacional. Esto, a propósito de la distancia que existe con la nueva dirigencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), encabezada por Arturo Salah.
Y, por supuesto, de las informaciones que han surgido sobre posibles irregularidades en su contrato, así como de las supuestas cuentas bancarias en paraísos fiscales.
“No es verdad que no quiero vivir ni trabajar en Chile. Hace siete años estoy aquí. Mi proyecto social y afectivo sigue vinculado a Chile. Pienso seguir en Santiago”, manifestó Sampaoli, evitando cualquier tipo de preguntas, como también aludir a una posible renuncia.
Asimismo, criticó la filtración de su contrato. “Estas informaciones me hicieron ver como una persona que evade impuestos. Se especuló con que tenía cuentas en paraísos fiscales. Organismos oficiales lo aclararon. Intentaron dañarme a mí e indirectamente al país por el cargo que hoy ocupo”, agregó el todavía entrenador de la selección.
Además, insistió en que “no es verdad que no quiera vivir ni trabajar en el país”, a propósito de sus declaraciones en Europa, donde manifestó que se siente como un rehén en Chile, añadiendo que “soy parte de un proceso exitoso. No un ídolo, pero sí una parte de este proceso”.
Finalmente, acusó que “esta situación no fue generada por mí, sino que por personas mal intencionadas”.