La líder del principal partido de oposición e independentista en Taiwán, Tsai Ing-wen, se convertirá en la primera mujer presidente de la isla después de que la formación en el poder, el Kuomintang (KMT), reconociera su derrota en la elección presidencial de este sábado. Tsai podría terminar con ocho años de acercamiento con China.
De 60 años, Tsai Ing-wen, una ex profesora universitaria, comparada por su estilo austero a la alemana Angela Merkel, y líder de la principal formación de la oposición, el Partido Democrático Progresista (PDP), ganó las elecciones presidenciales de este sábado en Taiwán.
Según un recuento difundido por la televisión taiwanesa FTV sobre más de la mitad de los votos, Tsai encabeza el recuento con 58,1% de los votos frente a su rival, el candidato presentado por el oficialista Kuomintang (KMT), Eric Chu, que alcanzaría apenas un 32,5% de votos.
La hasta ahora líder opositora se convierte así en la primera mujer en acceder a la jefatura del Estado en Taiwán. Su mandato podría además marcar una ruptura con la política del actual presidente, Ma Jing-jeou, del partido Kuomintang (KMT), quien en los últimos 8 años propició un inédito acercamiento con la República Popular de China.
¿Distanciamiento con Pekín?
Las relaciones con Pekín mejoraron desde la llegada al poder en Taiwán de Ma en 2008, alcanzando su momento más alto en noviembre pasado en una reunión histórica en la isla con el presidente chino, Xi Jinping, la primera desde la separación de ambos territorios en 1949.
Aunque este acercamiento permitió la firma de una veintena de acuerdos comerciales y un boom turístico en Taiwán gracias a la apertura de líneas aéreas, muchos habitantes temen que Taiwán se vuelva dependiente de Pekín, perdiendo así su identidad y soberanía.
En particular los jóvenes, que encabezaron fuertes movimientos de protesta en los últimos años, se sienten más identificados con Taiwán que con China. En los hechos, la isla es independiente a nivel administrativo y político de la China continental pero su independencia nunca fue proclamada ni por el gobierno taiwanés ni por la República Popular de China que considera todavía la isla como una parte integrante de su territorio.
Mantener el estatus quo
La nueva presidenta electa defiende que Taipei debe abandonar la dependencia económica de Pekín y asegura que escuchará a la opinión pública en lo que respecta a las relaciones bilaterales con China.
Alrededor de un 59% de la población se describe hoy como taiwanesa – era un 48% en 2008, según las encuestas del Election Study Center de la Universidad Nacional de Chengchi. Sin embargo, más o menos un 60% de los taiwaneses prefiere que no cambie la situación entre los dos territorios, según otro sondeo de la misma universidad.
Muestra de su pragmatismo, Tsai Ing-wen, que es descrita como una buena negociadora, subrayó que se mantendrá el estatus quo actual, diluyendo así el discurso tradicionalmente independentista de su partido.
China, por su parte, descartó mantener relaciones con un dirigente que no reconozca que Taiwán forma parte de “una sola China”. Con Tsai a la cabeza del Estado taiwanés y un Parlamento en el que por primera vez su partido independentista podría tener la mayoría, muchos expertos consideran inevitable una cierta degradación de las relaciones entre China y Taiwán.