Ex secretario de relaciones exteriores en el ministerio de asuntos de exteriores en Francia, a Jérôme Champagne le respalda una amplia trayectoria como diplomático que le llevó a trabajar entre otros países a Argelia o Cuba, donde fue uno de los secretarios en la embajada de Francia. Igualmente fue Cónsul General Adjunto en el Consulado general de Francia en los Ángeles y Primer Secretario a cargo de la política interna de la Embajada de Francia en Brasil. Pero su pasión por el futbol le llevó por otros derroteros sin dejar de lado la diplomacia. Tras ser consejero diplomático y jefe de Protocolo del Comité Organizador francés de la Copa del Mundial de futbol de 1998, Champagne se convierte en secretario general adjunto de la FIFA.

Durante 11 años contribuyó a la relación con diferentes países, destacando su apoyo a la Federación de Fútbol Palestina y el desarrollo y potenciación del fútbol en el continente africano.

Tras su salida del máximo estamento del futbol mundial en enero de 2010, trató de presentarse como candidato a los últimos comicios de FIFA, celebrados el pasado mayo, pero no llegó a formalizar su candidatura al no reunir el aval necesario de cinco asociaciones.

Ahora, a sus 57 años, Jérôme Champagne vuelve a intentar ocupar el cargo que ostentaba su antiguo jefe Joseph Blatter, en medio de un clima de crispación y de dudas acarreados por les escándalos de corrupción que vive la FIFA.

“Pasé 11 años con orgullo en la FIFA, pero al mismo tiempo me echó fuera del organismo una coalición de personas que hoy están suspendidas, incluyendo a Jerôme Varkle, el catarí Mohammed Bin Hammam y Michel Platini”, explicó Champagne a RFI.

El candidato francés estima que su trayectoria en la organización le permitió identificar y resolver las principales dificultades. “Mi experiencia personal me hace saber muy bien lo que hay que cambiar; retomar una FIFA más transparente, más responsable pero también más humilde”.

Según Champagne, el desafío de la FIFA es regular y distribuir. “Estamos en una posición muy peligrosa para el futbol. Los ricos se enriquecen más, los que no tienen mucho continúan teniendo poco y la clase media del fútbol está completamente en peligro”..

El aspirante a suceder a Blatter anticipó que la clave de la elección pasará esta vez menos por las consignas de las federaciones regionales y que cada nación se expresará con mayor libertad.

“Estoy convencido de que la elección de la presidencia en la FIFA no se hará por votos únicos de continentes y que la división hará que se elija país por país”, afirmó.