Un informe presentado por Oceana reveló que las islas Robinson Crusoe y Santa Clara presentan los niveles más altos de endemismo observados para ecosistemas marinos a nivel global.
Los estudios realizados entre 2014 y 2015 son valorados por el alcalde Felipe Paredes, quien indicó que el próximo paso necesario es realizar una investigación que permita “conocer en detalle la real cantidad de vida que existe en nuestros ecosistemas marinos”.
Según explican desde la organización, el informe llamado “Biodiversidad Marina Bentónica en Isla Robinson Crusoe, Isla Santa Clara y montes submarinos JF1 Y JF2” se basó en las expediciones realizadas por Oceana, con un equipo integrado por expertos de gran prestigio internacional como el Dr. Alan Friedlander, profesor de la Universidad de Hawai y el programa Pristine Seas de National Geographic, Carlos Gaymer de la Universidad Católica del Norte y Núcleo Milenio de Islas Oceánicas ESMOI, Dr. Matthias Gorny de Oceana y el Dr. Álvaro Palma de Fisioaqua.
En el reporte se determinaron realidades, tales como, que los tipos de peces correspondieron a un 87,5% de especies endémicas, valores similares a los obtenidos en las Islas Desventuradas y superiores a los reportados en emblemáticos lugares como Isla de Pascua y Hawaii.
“Cerca del 62% de las especies de peces de arrecife conocidos en Juan Fernández también en las islas Desventuradas solo viven allí. Esto es dos a tres veces mayor que lo que ocurre en otras áreas conocidas por su endemismo, como Hawai e Isla de Pascua, donde 25% y 22% de los peces, respectivamente, son endémicos”, señaló Alan Friedlander, científico de la Universidad de Hawai que lideró la expedición en las islas.
Impacto pesquero
Otro de los aspectos descubiertos por los científicos es el impacto de la pesca de arrastre efectuada en la zona de los montes submarinos JF1 y JF2 que, durante diez años, fueron explotados para la captura de alfonsino y orange roughy. El impacto quedó en evidencia ante la ausencia de las dos especies y la baja presencia de corales grandes, considerando que no superaban los 10 cm y que demoran – en la mayoría de los casos- cientos de años en crecer. También llamó la atención la escasez de “depredadores tope” como tiburones o bacalaos, registrándose tan solo cuatro ejemplares de tiburón de profundidad (Squalus mitsukurii).
Sin embargo, los investigadores pudieron confirmar signos de recuperación marina, entre ellos la alta presencia de pequeños corales similares a los existentes en Islas Desventuradas, las cuales podrían convertirse en una fuente o “semillero” para estos ecosistemas marinos. “La presencia de la langosta enana y del pez Callanthias en los montes submarinos JF1 y JF2 también revelaría una importante conexión con las Desventuradas donde se han observado a ambas especies”, explicaron.
“Juan Fernández es un tesoro oceánico, no sólo por si riqueza natural sino por su pueblo que ha sabido cuidar este ecosistema único en el mundo. Esperamos que Chile apoye a esta comunidad que quiere la protección de esta zona”, señaló Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana.