Durante el primer semestre de 2016 más de 50 farmacias populares abrirán sus puertas. Sin embargo, el alcalde de Recoleta Daniel Jadue advirtió que no todas estas iniciativas poseen un modelo de acceso igualitario.

En su opinión, algunas de estas droguerías no pueden considerarse populares porque generan discriminación entre los usuarios, diferenciando entre afiliados a Isapre y Capredena (previsión de las Fuerzas Armadas).

Uno de estos casos sería el de la farmacia de Municipalidad de Viña del Mar, la que en su opinión, no cuenta con la variedad de medicamentos básicos que necesitan los enfermos.

“La farmacia popular nace como un derecho, entendiendo la salud como un derecho universal, entonces cuando alguien dice que va a replicar la farmacia popular siguiendo el camino de Recoleta y sencillamente hace algo que no tiene mucho que ver y que sólo se enfoca en los pobres, como si la clase media no se enfermara, nos parece que es más una utilización política”, criticó Jadue.

En este sentido el edil explicó que “cuando uno entra al detalle se da cuenta de que  hay municipios que dejan fuera a la gente que está en Isapre y en otros sistemas de salud, y además, están desarrollando un punto de corte a través de la ficha social, cosa que nos parece que no es el espíritu de las farmacias populares”.

El incremento de las farmacias populares fue previsto a finales de 2015 cuando diversos municipios comenzaron a replicar los esfuerzos de Recoleta.

Por ello, distintos expertos indicaron que de cara a las elecciones municipales, el fenómeno podría acrecentarse. En esta línea, Matías Goyanechea, Director Fundación Creando Salud, indicó que “el modelo de farmacias populares va a ser sentido en la gente, sobre todo, en aquellos que tienen dificultades para acceder a los medicamentos que son más caros”.

“Es bastante posible que sea una arma más dentro de las luchas electorales”, agregó.

El especialista también manifestó que la existencia de las farmacias populares no resuelve el tema del acceso a los medicamentos. “Hoy lo que se gasta en medicamentos son casi 2 puntos del PIB que sale de los bolsillos de las personas. Entonces estamos hablando de que aquí hay un problema serio, de desigualdad incluso, en el sentido de que no todos tienen la posibilidad de acceder a los medicamentos y que hace falta que el Estado asuma una responsabilidad tanto en su producción como distribución”.

El modelo de farmacia popular se ha replicado en distintas regiones del país. Por ello, desde Recoleta anunciaron que sólo en este municipio aumentarán los medicamentos de 540  a los mil 600.

En tanto, sostuvieron que crearán la Asociación Chilena de Farmacias Populares para fortalecer  el servicio.