Verónica Uribe: La literatura como un refugio

Ekaré es una editorial que nació al alero del Banco del Libro de Venezuela, uno de los proyectos de fomento lector más decisivos de ese país y de Latinoamérica al que llegó la chilena Verónica Uribe en el año 1974, cuando se radicaba en ese país con el fatídico sino de quienes ya no pueden vivir en su propia tierra por pensar diferente de los que gobiernan. Verónica Uribe llegó a la tierra natal de Simón Bolívar y Andrés Bello, junto a su marido y a sus tres hijos.

Ekaré es una editorial que nació al alero del Banco del Libro de Venezuela, uno de los proyectos de fomento lector más decisivos de ese país y de Latinoamérica al que llegó la chilena Verónica Uribe en el año 1974, cuando se radicaba en ese país con el fatídico sino de quienes ya no pueden vivir en su propia tierra por pensar diferente de los que gobiernan. Verónica Uribe llegó a la tierra natal de Simón Bolívar y Andrés Bello, junto a su marido y a sus tres hijos.

No solo Alejandro Aravena, el arquitecto más premiado en la historia de esta disciplina en nuestro país, ha puesto el nombre de Chile en la órbita internacional de la excelencia en estos días. Un día antes que el líder de la oficina Elemental pronunciara un emotivo discurso en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en la ciudad italiana de Bolonia, la editora y escritora chilena Lola Larra, o Claudia Larraguibel, era parte del grupo de EKARÉ que recibía el Premio a la Mejor editorial infantil de Centro y Sudamérica en la Feria del libro infantil de Bolonia, en Italia. Se trata de la más importante cita de la literatura e ilustración en el mundo y esta chilena representaba a su madre, la editora Verónica Uribe, una de sus fundadoras, quien hace casi 40 años inició una de las iniciativas culturales de mayor impacto en nuestro continente. La Feria del Libro de Bolonia puso sus ojos por tercera vez en el trabajo desarrollado al sur del mundo por una las editoriales que llevan el sello de la solidaridad entre nuestros pueblos.

Ekaré es una editorial que nació al alero del Banco del Libro de Venezuela, uno de los proyectos de fomento lector más decisivos de ese país y de Latinoamérica al que llegó la chilena Verónica Uribe en el año 1974, cuando se radicaba en ese país con el fatídico sino de quienes ya no pueden vivir en su propia tierra por pensar diferente de los que gobiernan. Verónica Uribe llegó a la tierra natal de Simón Bolívar y Andrés Bello, junto a su marido y a sus tres hijos. Cuando ya llevaba cuatro años en el Banco del Libro fue llamada para fundar, junto a Carmen Diana Dearden lo que denominaron Ekaré, una editorial de literatura infantil con la visión del espíritu de esos tiempos marcados por el boom latinoamericano. Pero además querían hacer libros que tuvieran un sello en el que los venezolanos se pudieran reconocer. De ahí que se llamaron Ekaré, un vocablo que significa cuento, en el hablar de los Pemón, una de las 30 etnias que habitan el territorio desde muchísimo antes que se bautizara como Venezuela. Una tribu que habita la Gran Sabana, en la región de Guayana del Sur y a la que homenajearon doblemente, dedicándoles a sus niños el primer libro que publicaron: El Rabipelado burlado. Junto a este libro que tenía como protagonista a un marsupial endémico de nuestro continente con mucho apetito y mala suerte, publicaron La expedición, una obra de un autor italiano. Ambos libros marcaron el derrotero de Ekaré: libros para niños que buscaba dar cuenta de la plural y amplia identidad latinoamericana, como también la de entregarles los mejores cuentos del mundo traducidos a nuestro idioma, en ediciones espléndidamente ilustradas. Verónica Uribe permaneció en Venezuela hasta el año 1993, cuando el llamado de su propia tierra se hizo insoslayable y junto a parte de su familia, cuando algunos de los hijos crecidos en otras tierras las sintieron como propias, retornó a Chile.

Desde estas latitudes, siguió trabajando como una filial de Ekaré que ya contaba con otra oficina en Barcelona, la capital editora de habla hispana. Verónica Uribe entiende a la literatura infantil como un refugio frente a un mundo caótico y a un libro como un espacio de tranquilidad y permanencia que entrega seguridad a los niños. Entonces comprendió que, de la misma manera cómo editó tantos libros para niños venezolanos que debían reconocerse en sus propias tradiciones, debía hacer lo mismo por los niños chilenos. Así, fundó su propia editorial con el nombre de Ekaré Sur. No es una filial ni parte de la editorial Ekaré que acaba de recibir el premio en Bolonia, aunque sí trabajan de manera estrecha compartiendo títulos y autores con el mismo espíritu solidario y colaborativo del que hacían gala allá en los 70.

Entonces, cuando la Feria más importante de la Literatura infantil en el mundo premia a Ekaré, lo hace también con Ekaré Sur y Verónica Uribe, esta editora y periodista de profesión que hizo del libro para niños su propio refugio y que, paradójicamente, se ha domiciliado en Santiago, en una bella casona del Barrio Italia que lleva por nombre Club Bolonia, junto a un café y a la librería especializada en libros ilustrados llamada Baobab.

Desde allí ha venido editando libros bellísimos en su factura y contenido. Libros, como Al Sur de la Alameda, de la autora Lola Larra y Vicente Reinamontes, que hace dos años fue elegido entre los 30 mejores libros para jóvenes en la Feria del Libro de Frankfurt…

Todos ellos son parte de esos chilenos cuyos nombres producen orgullo saberlos reconocidos más allá de nuestros límites geográficos para paliar la desazón y la vergüenza que nos producen esos otros nombres de chilenos sindicados como ladrones o desalmados ganaplata que se roban las primeras planas.





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