José Rodríguez Elizondo: El "peruanólogo" que sabe descifrar signos

Autor de 29 libros (en poco tiempo más llega el N° 30), este abogado pasó del periodismo (empezó como crítico de cine) a un sinfín de actividades académicas y diplomáticas, incluso como embajador en Israel

Autor de 29 libros (en poco tiempo más llega el N° 30), este abogado pasó del periodismo (empezó como crítico de cine) a un sinfín de actividades académicas y diplomáticas, incluso como embajador en Israel

Después de un exilio en Perú, tras haber sido Fiscal de la Corfo en el gobierno de Allende, José Rodríguez Elizondo se convirtió en el peruanólogo más solicitado por los medios de comunicación chilenos, cada vez que el vecino país hace noticia.

Autor de 29 libros (en poco tiempo más llega el N° 30), este abogado pasó del periodismo (empezó como crítico de cine) a un sinfín de actividades académicas y diplomáticas, incluso como embajador en Israel

Ahora transcribimos un “tú a tú” con quien fuera editor especializado de la revista limeña “Caretas”, columnista de La Vanguardia de Barcelona y corresponsal de El País de Madrid.

¿Qué día se jodió el Perú? La famosa pregunta con que Vargas Llosa inició su novela “Conversación en la Catedral” se redituó el pasado domingo 10 de abril con el resultado de las elecciones en ese país. La pregunta vale políticamente desde los años 60 con la izquierda blindada del Presidente Velasco Alvarado y en los 2010 con el incumplimiento del actual Presidente Ollanta Humala del vigoroso programa que ofreció al país, pasando por el abandono de las banderas social demócrata del APRA por un Alan García que viró al neoliberalismo. ¿Está de acuerdo con esta descripción histórica?.

Yo voy más atrás, Hugo. Pienso en tres días simbólicos: el día que llegó Francisco Pizarro y se jodió el incario. El día que Bolívar venció en Ayacucho y se jodió el virreinato y el día en que los chilenos tomaron Lima y se jodió la que pudo ser una república líder. Lo demás son jodas comparativamente pequeñas, que no consiguen borrar la riquísima cultura histórica de ese vecino. Ahí está su fortaleza sociológica, que vale mucho en épocas de elecciones entre el sida y el cáncer, como llamó a la penúltima el mismo Vargas Llosa.

¿Cuáles son a su juicio las implicancias y proyecciones del casi 40% del fujimorismo contra el 60 de quienes no adhieren al ex dictador que hoy cumple pena de cárcel?

Los peruanos tienen mala memoria con sus ex presidentes y eso puede ser bueno y malo. Si hubieran recordado lo calamitoso del primer gobierno de Alan García no habrían tenido el exitoso segundo gobierno del mismo. Pero, en este caso como que se pasaron. No se trata de cargar a la hija con los pecados del padre, pero no es poca cosa que ella Fuera Primera Dama de un gobierno calificado como “mafioso” por gente muy seria. Aritméticamente, ese 60% podría imponer los fueros de la memoria. Pero, para eso, la vieja izquierda tendría que apoyar a PPK, a quien denuestan como agente del imperio… y eso me suena casi imposible. Pero, se han visto muertos cargando adobes.

¿El 5 de junio, día del balotaje, sabremos si Perú se jodió o si la pregunta seguirá vigente aunque Keiko no gane, al quedar su partido con la mayoría del Congreso?

Si el personaje de la novela no sabe cuándo se jodió el Perú, es porque supone que se trata de un evento aislable. Pero, como dije, se trata de tres grandes jodiendas históricas, tras las cuales el país quedó vacunado. Esa vacuna explica, entre otras cosas, que el Perú se liberará sin sangre de la dupla Fujimori-Montesinos, para iniciar un airoso camino hacia el desarrollo sin mafias gobernantes. Qué Keiko tenga mayoría en el Congreso sería complicado para un PPK eventual ganador, pero más grave sería si gana Keiko. En este caso, ella podría tentarse a reivindicar lo irreivindicable: el gobierno y la probidad de su padre.

¿A qué atribuye usted que el Perú, a diferencia de otros países de la región, no se haya enrielado en una vía de izquierda y que las dos primeras mayorías sean de derecha, populista una y moderada la otra?

Mi respuesta se llama APRA. La emergencia de Víctor Raúl Haya de la Torre en las primeras décadas del siglo pasado, con un partido internacionalista y marxista, bloqueó el desarrollo de socialistas y comunistas. La gran izquierda del Perú republicano fue el APRA, aunque hoy sea más reconocible como un partido de centro o socialdemócrata. Por cierto, eso explica, también, el carácter extrasistémico de Sendero Luminoso y otros grupos de izquierda. Es el gran desafío que debe enfrentar, hoy, Verónica Mendoza.

¿Cree usted que uno de los factores del fujimorismo sociológico-electoral sea la derrota que el ex dictador infligió al terrorismo de Sendero Luminoso, obviando sus propios crímenes contra los derechos humanos y su desembozada corrupción?

Sin duda. La indefensión popular ante la prepotencia armada y delictual del senderismo –pienso sobre todo en la sierra peruana – influyó mucho en otros sectores que se sentían desprotegidos por los gobiernos de Fernando Belaúnde y el primero de García. Ahí estaría la base del populismo corrupto y exitoso de Fujimori. Es decir, se le perdonó el componente mafioso, porque libró al país de Abimael Guzmán. Luego, si no hubo protestas mayores por su encarcelamiento, porque la evidencia estaba registrada en una colección de videos, ahora se le reivindica (a medias) con la votación de Keiko.





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