Este lunes en la tarde, el presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, declaró seguir con la votación prevista para el miércoles en el Senado sobre el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Más temprano este lunes, el presidente interino del Congreso brasileño Waldir Maranhão había anunciado rechazar el proceso votado el 17 de Abril en la Cámara de Diputados, una decisión que el presidente del Senado calificó como una “broma”.

“Aceptar esa broma con la democracia me dejaría personalmente comprometido con el atraso del proceso. Al fin y al cabo no cabe al presidente del Senado decir si el proceso es justo o injusto”, anunció Calheiros en el plenario.

La votación de este miércoles debería validar o no el voto inicial de la Cámara de Diputados, cuando 367 diputados de los 513 se pronunciaron a favor del proceso de “impeachment” y que fue anulado por Maranhão este lunes en la mañana. En un comunicado, el diputado Maranhão declaró que había “vicios” en la votación, argumento propuesto según una petición del abogado general del Estado con detalles de por lo menos cuatro ilegalidades, reportó El País.

“Ninguna decisión unipersonal puede sobreponerse a la decisión colegiada, aún más cuando fue tomada por el más relevante colegiado de la casa”, declaró Calheiros.

En este juicio, Dilma Rousseff está acusada de maquillar el presupuesto nacional y el uso de fondos públicos – acusaciones que podrían apartar a la jefa de Estado de su cargo por 6 meses. El vicepresidente Michel Temer reemplazaría a la presidenta en este caso.

La decisión de Maranhão había dejado una grande confusión en cuanto a las próximas etapas para la Mandataria. Según la BBC, el presidente del Congreso brasileño reprocha a algunos diputados de haber anunciado su posición y a los líderes de partidos por haber influenciado sus miembros. Maranhão había anunciado un nuevo proceso de votación sin fecha declarada, y sin saber tampoco si el Senado aceptará que el proceso vuelva hasta la Cámara de Diputados.

Maranhão tomó posesión del cargo de presidente interino del Congreso la semana pasada después de que su predecesor Eduardo Cunha fue suspendido este 5 de mayo por el Tribunal Supremo, bajo cargos de corrupción en el escándalo Petrobras y de obstruir la investigación en contra de él. Cunha jugó un papel clave en impulsar en proceso de “impeachment” y ha sido un importante critico de la presidenta brasileña. Pertenece al partido PMDB opositor al de Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores, quien le acusó de atentar un golpe en contra de ella.

En la mañana, la Mandataria había respondido a la noticia de la anulación con “precaución”, asegurando que había una “lucha difícil adelante”.

Después de la decisión de Maranhão, el real perdió 4 por ciento frente al dólar y la Bolsa brasileña perdió 3 por ciento.