Violaciones colectivas en Brasil desatan ola de protestas

Dos casos de violaciones colectivas mantienen movilizadas a millones de mujeres en Brasil, que exigen políticas públicas para poner fin a una “cultura de la violación” que cobra cada vez más víctimas.

Dos casos de violaciones colectivas mantienen movilizadas a millones de mujeres en Brasil, que exigen políticas públicas para poner fin a una “cultura de la violación” que cobra cada vez más víctimas.

A fines de mayo, una adolescente de 16 años fue drogada y violada por más de treinta hombres en Rio de Janeiro, quienes además difundieron en redes sociales un video y fotos exponiendo la cara y los órganos sexuales de la víctima después de la agresión. La misma semana, otra joven de 17 años fue violada por cinco hombres y encontrada amordazada con su propia ropa interior en una construcción en Piauí, al noroeste de Brasil.

El horror ante estos crímenes desató una oleada de manifestaciones y denuncias contra una “cultura de la violación” que cobra cada vez más víctimas en Brasil, donde una mujer es violada cada once minutos.

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Mujeres protestan en el centro de Río de Janeiro.

“Vinimos a las calles para mostrar solidaridad con nuestra compañera que fue violada por más de 33 hombres en Rio de Janeiro. Esto es un absurdo, pero infelizmente no es un caso aislado. En Brasil, vivimos en una verdadera cultura de la violación. ¿Qué significa eso? Que todo el tiempo hay incentivos a la violencia en los medios de comunicación, que no debatimos acerca de género o respeto y que el gobierno no ofrece políticas públicas de combate a la violencia contra las mujeres. Estamos en las calles para decir que ninguna mujer que fue víctima de violencia está sola”, expresó Sâmia Bonfim, del colectivo feminista Juntas, durante una manifestación en la Avenida Paulista, principal arteria de São Paulo.

“Todas podemos pasar por esto un día. No, no duele el útero, duele el alma porque existen personas crueles y están impunes. Gracias por su apoyo”, escribió la joven carioca en su cuenta de Facebook. Hasta el momento, la policía ha emitido un pedido de prisión por violación colectiva contra cuatro hombres de entre 18 y 41 años, uno de ellos el novio de la víctima. Ella y su familia abandonaron el Estado de Rio de Janeiro como parte del programa de protección a niños y adolescentes amenazados de muerte y su nueva dirección se mantiene en secreto.

ONU Mujeres se sumó al rechazo ante estos ataques e instó a las autoridades competentes a aplicar todo el peso de la ley contra los agresores, así como a proteger la intimidad e integridad de las víctimas.

“Invitamos a una reflexión profunda y urgente sobre la cultura de la impunidad y la tolerancia hacia ese tipo de agresiones, así como de los valores culturales y los modelos negativos de masculinidad que están por detrás de esos actos que reproducen y avalan conductas de agresión, dominación y violencia contra mujeres y niñas”, expresó Luiza Carvalho, directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

Como consecuencia de las multitudinarias manifestaciones, el Senado brasileño aprobó con unanimidad un proyecto de ley que hasta entonces dormía en el Congreso, que tipifica el delito de violación colectiva y prevé penas de hasta 30 años de prisión, además de transformar en crimen, con reclusión de dos a cinco años, el ofrecer, intercambiar, enviar, distribuir o divulgar, por cualquier medio, fotografías, videos u otro registro que contenga escenas de violación. La normativa debe ser ahora aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados.

Sin embargo, no todas las señales desde el mundo político han sido positivas. El Secretario de Seguridad de São Paulo, Mágino Alves Barbosa Filho, afirmó que la violencia sexual tiene directa relación con la situación económica del país. “Infelizmente, este tipo de crímenes, como muchos otros, es consecuencia de la crisis económica que vivimos”, expresó, argumentando que “el camarada perdió el empleo, comienza a desesperarse, comienza a beber. Ahí, termina perdiendo la cabeza y practicando este tipo de delitos”.

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Alves Barbosa tiene entre sus responsabilidades definir la estrategia para reducir el número de casos de violación en el Estado de São Paulo, donde en los últimos cuatro meses se han registrado 3.242 denuncias de agresiones sexuales, siendo 114 de ellas cometidas contra mujeres en condición de vulnerabilidad, es decir, niñas menores de 14 años o adultas incapaces de manifestar su consentimiento con el acto, al ser este practicado por un familiar o persona próxima.

Estos números “sólo reflejan a las víctimas que tuvieron el valor de denunciar, correspondientes a un 10 por ciento del total”, advierte Valéria Diez Scarance, coordinadora del Núcleo de Género del Ministerio Público de São Paulo (MPE).

Además, una de las primeras medidas del presidente interino Michel Temer fue eliminar el Ministerio de la Mujer y transformarlo en una Secretaría comandada por una ex diputada de su partido, evangélica y opositora al aborto incluso en caso de violación. “Es lamentable que al escoger una secretaria de las mujeres, ella se manifieste como contraria al aborto legal en caso de violación, que está previsto por la ley y es una conquista todavía pequeña de las mujeres, pero conquista al fin y al cabo”, señaló la presidenta electa Dilma Rousseff en el marco de la Marcha das Mulheres Pela Democracia en Rio de Janeiro.

“Sabemos que ocurrió una violación colectiva. Esa cultura de la violación contra las mujeres y esa cultura de la exclusión social, es algo que debe ser combatido por todos los movimientos, pero también por los gobiernos”, agregó.

Fotos: Mídia Ninja





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