Libros urgentes de Media Vaca

Son libros que fueron pensados para lectores jóvenes, como señalan los editores en un breve prólogo que han incluido en esta nueva versión, y esto debemos entenderlo en el más amplio sentido de la palabra. Porque se trata de libros ilustrados con muy breves y clarísimas frases que permiten entender conceptos como la ciudadanía o el exilio, por ejemplo, sin por ello, nombrarlos de esa manera.

Son libros que fueron pensados para lectores jóvenes, como señalan los editores en un breve prólogo que han incluido en esta nueva versión, y esto debemos entenderlo en el más amplio sentido de la palabra. Porque se trata de libros ilustrados con muy breves y clarísimas frases que permiten entender conceptos como la ciudadanía o el exilio, por ejemplo, sin por ello, nombrarlos de esa manera.

“La democracia es como un juego en el que todos juegan. Y juegan a la libertad”, en cambio, “La dictadura es como un dictado: (donde) un señor serio dice lo que hay que hacer y los demás lo hacen. Solo porque sí”, son las primeras frases de sendos libros, uno llamado Cómo puede ser la democracia y Así es la dictadura. Fueron editados hace más de 40 años en España, cuando recién había muerto el dictador Francisco Franco y los españoles no sabían bien qué era eso de no tener a un señor que les diera órdenes todos los días: ingresaban al juego democrático y necesitan sensibilizar a la nuevas generaciones con algo que hasta los mayores ni recordaban. Por eso una editorial barcelonesa llamada La Gaya Ciencia creó una colección llamada Libros para mañana, donde se encuentran estos dos títulos y otros dos más: Las mujeres y los hombres y Hay clases sociales.

Son libros que fueron pensados para lectores jóvenes, como señalan los editores en un breve prólogo que han incluido en esta nueva versión, y esto debemos entenderlo en el más amplio sentido de la palabra. Porque se trata de libros ilustrados con muy breves y clarísimas frases que permiten entender conceptos como la ciudadanía o el exilio, por ejemplo, sin por ello, nombrarlos de esa manera. El equipo de la editorial de extraño nombre Media Vaca ha considerado que luego de 40 años desde que se hiciera la primera edición de estos libros, “el espíritu y la mayor parte de la letra de estos libros están completamente vigentes”, por lo que decidieron volver a editarlos solo cambiando las ilustraciones y a los textos, ni siquiera les corrigieron “una coma”, lo que permite verificar un trabajo excelente que resiste perfectamente al tiempo, pero también, de aspectos más oscuros, como que nuestras sociedades no han avanzado tanto como para dar cuenta de estadios más complejos de participación ni de movilidad social.

En Así es la dictadura, aparecen desde el comienzo una serie de señores de diferentes colores y estilos, entre los que se encuentra Stalin, Hitler, Somoza, Marcos, Castro, Ceaucescu y Pinochet y para explicar en qué consistió la misma forma de gobernar de todos ellos dicen: “El dictador no tiene amigos. Él no quiere a la gente (porque es el más listo y el más alto y el más guapo). Pero algunos se hacen sus amigos solo porque les conviene. Y por eso lo defienden, porque a los ricos les deja ser más ricos aún. A veces es generoso con los suyos y les regala cosas aunque no sean suyas: les regala tierras que son de otros, les concede premios y les da cosas que, en realidad son de todos”, mientras unos dibujos muestran cotos de caza donde se ve a señoras y señores elegantes haciéndose de los regalos que les ha dado el dictador, que pueden ser mares, desiertos o bosques, como en Chile, y que hoy parecieran haberles pertenecido desde siempre. Porque resulta imposible, aunque se trate de un cuento tan didáctico y simple, no relacionarlo con lo que ha sucedido acá, y allí radica, entonces, el interés de una lectura que sin grandes explicaciones puede remitirnos a un pasado y a un presente que se vinculan estrechamente.

En este libro Así es la dictadura, sigue contando que mientras el dictador se cree el mejor y ordena, “Todos trabajan, producen, pero también piensan. Y, pensando, claro, se van dando cuenta de muchas cosas (…) que no es tan valiente, ni listo, ni justo. (…) La dictadura se acaba cuando el dictador se muere. O cuando lo echan por la fuerza. Después, enseguida, cuando acaba la historia de la dictadura, empieza la historia de la libertad”, y en esa parte de la historia es en la que nos encontramos hoy. Un breve epílogo cuenta que cuando se hizo este libro había en el mundo unos 40 países que eran dictaduras, entre los que se encuentra Chile, un número que en 40 años ha sido reducido a 36, es decir, una dictadura menos en el mundo por cada 10 años… una cifra que entristece, aun cuando nosotros hayamos sido uno de los favorecidos.

Al final de cada libro, hay un cuestionario que permite conocer los sentimientos y valores del lector, y una solicitud: que envíen, si es que son niños, algunas de las respuestas que les parezcan más relevantes, por correo postal o electrónico. No quieren respuestas de los mayores, porque esa las conocen a través de los resultados de las elecciones. Y que con las respuestas de los niños harán un libro más adelante.

Y entonces, los adultos recordamos esa advertencia que han señalado al comienzo, cuando explican porqué hace 40 años le llamaron a esta colección Libros para mañana y decidieron en esta nueva edición llamarla de la misma manera: “Si podemos leer lo que dice el libro sin que nos cause muchísima extrañeza es porque, al parecer, ese mañana todavía no es hoy. Esperamos que ya no tarde”.

Lo mismo deseamos nosotros.





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