Estudio revela la violencia al interior de cárceles

Un estudio realizado por el Observatorio de Violencia y Cárcel al interior de la ex Penitenciaría de Santiago reveló que la violencia en las cárceles no es aislada y que los internos viven en distintas etapas de su vida episodios violentos, que al interior de los penales configura una relación con sus pares marcada por la imposición del poder mediante la fuerza.

Un estudio realizado por el Observatorio de Violencia y Cárcel al interior de la ex Penitenciaría de Santiago reveló que la violencia en las cárceles no es aislada y que los internos viven en distintas etapas de su vida episodios violentos, que al interior de los penales configura una relación con sus pares marcada por la imposición del poder mediante la fuerza.

Recientes indagaciones de la Fundación Paz Ciudadana advierten que el 51 por ciento de los crímenes de la población penal corresponden a delitos contra la propiedad y no de violencia.

No obstante, un reciente estudio al interior de la ex Penitenciaría de Santiago llevado a cabo por el Observatorio de Violencia y Cárcel durante el 2015, comprueba que los sujetos fundan su vida en la sobrevivencia con entornos de violencia y al interior de los recintos penitenciarios se generan “autogobiernos” donde ésta se potencia.

Representantes de la Pastoral Carcelaria de la Iglesia Católica junto al Instituto de Investigación y Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, realizaron una investigación basada en relatos de vida y dibujos de las personas privadas de libertad en que se manifestó la inestabilidad e intermitencia de sus relaciones afectivas y familiares.

Se dio cuenta de cómo las visitas a los internos les dan un estatus al interior del recinto, situándolos en un nivel jerárquico superior. Asimismo, la constante lucha por un espacio en condiciones de hacinamiento se hace presente hasta en los lugares de relaciones íntimas al que denominan “Camaro” y que es permeado por el régimen carcelario.

La investigadora asociada al Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, Andrea Cerda, profundizó en lo que denomina “autogobierno” de la cárcel donde prima la ley del más fuerte.

“La violencia que se vive al interior del penal es entre familias no solo consanguíneas, familias que permean los muros más ilusorios de las relaciones. El hermano es el que lucha con el otro al interior de la cárcel por un espacio”, expresó Andrea Cerda.

En tanto, la socióloga de la Universidad Católica, Amelia Del Villar, expuso sobre las informaciones obtenidas acerca de la trayectoria de vida de los internos en que se constata que la violencia de barrio y del hogar, además del abandono institucional, es una experiencia común entre los privados de libertad.

“El óvalo de ´Tiempo Joven´ era la casa de castigo. Para Jonathan los años en esa casa marcaron una época de pura maldad, esto nos habla de que desde esa misma casa de menores empiezan a proyectarse en el futuro como personas que irán al óvalo de los mayores. Por lo mismo, empiezan a experimentar esa violencia antes de tiempo, a socializarse en ella y a saber que pueden ser violentos, porque los valida entre los otros compañeros como personas que pueden sobrevivir a la violencia a la que están sometidos y que han experimentado a lo largo de sus vidas”, dijo Amelia Del Villar.

Amelia Del Villar también indicó que en la mayoría de los relatos de los internos sobre su pasado hay historias de violencia intrafamiliar y/o de círculos sociales violentos en los que la delincuencia se presenta como opción.

Con todo, los encargados del estudio concluyen que el Estado es actor clave en la reproducción de la violencia y su agudización, considerando entre otros factores, que Chile es uno de los países que más encarcela en América Latina.





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