A los 89 años falleció el Premio Nacional de Artes Plásticas, José Balmes Parramón. La noticia fue confirmada vía Twitter por el ministro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Ernesto Ottone.
“Nos ha dejado el inmenso José Balmes, uno de los más grandes maestros. recordaremos tu valentía, tu consecuencia, y tú genio”, señaló el secretario de Estado.
El artista se encontraba en estado crítico desde el pasado 7 de agosto, fecha en que fue internado en la Clínica Las Condes por un delicado cuadro de obstrucción intestinal. Pese a que se pudo controlar la obstrucción, se le desató un cuadro de neumonía, que a sus 89 años, lo mantuvo en estado crítico.
Balmes es considerado uno de los artistas plásticos más importantes del país. Sus obras se encuentran en importantes museos y colecciones de Chile y del mundo. En nuestro país, además de muchos otros galardones, recibió el Premio Nacional de Arte en 1998 y el Altazor en 2002.
José Balmes, nació en 1927 en la localidad de Montesquiu en Cataluña, en donde vivió su infancia hasta estallar la Guerra Civil Española en 1936. En 1939 y luego de la victoria franquista, Balmes, en conjunto con su familia, se vio obligado a abandonar España por la militancia de su padre, Damià Balmes, alcalde de la localidad por Esquerra Republicana de Catalunya, el partido socialdemócrata hegemónico en la política catalana de los años 1930.
En la Universidad tiene como maestro al artista Pablo Burchard y Camilo Mori, y se relaciona entre otros con la también artista y posteriormente Premio Nacional de Artes, Gracia Barrios con quien contraería matrimonio el año 1952. Continuaría estando ligado a la Universidad de Chile como académico (1950-1973) y Decano de la Facultad de Artes (1972-1973).
Junto a Gracia Barrios y otros artistas, conformaría el grupo informalista Signo, con quien presentaría obras en Barcelona, Madrid y París.
Balmes ha compartido su desarrollo artístico y docente con un arduo trabajo gremialista, iniciado tempranamente, en el año 1947 cuando fundó el grupo GEP que reunió a diversos artistas de su promoción como Martínez Bonati, Gracia Barrios, Gustavo Poblete, Guillermo Nuñez y Hardy Wistuba, entre otros.
Militante del Partido Comunista, en 1973 partió al exilio a París junto a su familia. Al volver a Chile, en la década de los ochenta, Balmes ya contaba con una importante trayectoria internacional como pintor y académico.
Entre 1974 y 1985 ejerció como Profesor de Pintura asociado de la Unité de Formation et de Recherche Arts Plastiques et Sciences de l’Art de l’Université París I Pantheon, La Sorbone, Francia.
José Balmes fue uno de los artistas destacados de la pintura nacional. Su pintura era de contenido y su trabajo consistió en la búsqueda permanente de un lenguaje destinado a decir, a proclamar a grandes voces, lo que desde su punto de vista no estaba bien en el diario suceder. Además, su obra estuvo marcada profundamente por sus convicciones políticas. Lo anterior ya se podía ver en unos trabajos de 1942 como fueron “Exilio” y “La noche negra”.
En Montesquiu, conoció de cerca el trabajo de los impresionistas tardíos, como Santiago Rusiñol y con ellos hace sus primeras prácticas pictóricas, cercanas al estilo de Van Gogh, a los nueve años de edad. Esto nos sitúa frente a una vocación plástica temprana.
Ser alumno de Pablo Burchard le permitió ir hacia un estudio más a fondo y más académico de la pintura, lo que determina una primera etapa bastante academicista.
La academia contemporánea es continuada por una abstracción lírica y junto a Enrique Lihn harán su primera exposición en 1950. También reconoce alguna influencia del informalismo español de finales de los cincuenta, liderado por Antoni Tapies. De él aprendió la libertad para la creación y el uso de los medios.
Su formación está marcada por una sensibilidad temprana frente a los sucesos del diario vivir y por el contexto político nacional e internacional que le tocó vivir. Lo anterior, impregno su manera de expresar el arte llevándolo, a un camino propio especialmente a partir de los años sesenta cuando la realidad pasaría a ser su obra, usando para ello, técnicas informalistas.
En 1960 José Balmes ya está definido en una pintura acorde a su sensibilidad social, política y humana y de ahí su serie “Santo Domingo. Mayo” referente a la intervención norteamericana en ese país.
Para construir sus trabajos Balmes utilizaba más de un lenguaje. En ellas, estaba la mancha y el color siempre utilizado como un significante. También, estaba el trazo gestual que relacionaba los elementos seleccionados por el autor para plantearle al mundo un hecho específico. Por último, estaban los objetos que estaban en todas sus obras como carbón, piedras, noticias de diarios, fotocopias amplificadas, fotografías, etc. objetos que para el común de las personas eran inservibles pero que el artista reciclaba para sus obras.
Sus obras se convirtieron, de esa manera, en la memoria de un tiempo que le toco vivir, sufrir y rescatar.
En 1973 partió al exilio y desde el 74 al 91 fue profesor de pintura en la Universidad de La Sorbonne de París. Luego de su regreso a Chile en 1985, fue docente en la cátedra de pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica. También fue Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile. Fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad de París I y de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1993.
Obra: Crítica y testimonio
El trabajo de José Balmes es una visión testimonial y crítica de las acciones humanas, pero no como un simple acto de dar cuenta de hechos, sino entendiendo la pintura como memoria.
Desde la pintura figurativa evoluciona hasta la expresividad total. El rasgo característico de sus obras es el gesto, el cual se canaliza a través del color, los materiales y también la representación.
Esta última se expresa en la incorporación de diversos objetos al cuadro: bolsas de plástico, hojas, papel de periódicos, etc. Todo esto refleja un cuestionamiento al soporte del cuadro, y la utilización de un lenguaje de presentación (no representativo). Rasgos que vinculan la obra de Balmes al informalismo.
La propuesta artística de José Balmes ha estado siempre muy ligada a un plano social, a un compromiso del artista con el hombre y con el papel del arte en la conciencia colectiva.
En forma crítica y testimonial desarrolla imágenes que se mueven en torno al hombre y su contingencia. Dentro de la corriente informalista, el estilo que Balmes ha desarrollado es de una expresividad extrema, de un realismo que va adquiriendo distintas formas a lo largo de su trayectoria, sin dejar nunca de lado el sentido de responsabilidad social, lo que ha generado obras con un impacto fuerte y directo de la materia, resultado de su compromiso frente a la contingencia histórica.
Aunque ha mantenido la permanencia del óleo como medio de expresión, Balmes ha desarrollado un lenguaje muy particular a través de diversos medios expresivos como el collage, la inclusión de objetos reales, la pintura aerosol. “Para expresar su temática hace uso de un lenguaje plástico de gran elocuencia, planos de color aplicados a través de brochas, pinceles, spray y rodillos, todo es válido ante su necesidad de expresión”, señala Beatriz Huidobro Hott, curadora.
Balmes es un artista comprometido con su tiempo y con la realidad inmediata y lejana, muertes injustas, asesinatos, pueblos oprimidos, luchas de trabajadores, violencia y dolor contemporáneos (“Paz”, “Vietnam”, “Santo Domingo”). La incorporación de elementos cotidianos, de materiales toscos, de textos y elementos simbólicos son resultado del estudio y de la denuncia que desea realizar frente a la realidad de su época. Son obras que contienen un fuerte cuestionamiento, inquietudes políticas y sociales, testimonios de fuerte carga emotiva.