La tarde de este miércoles, Dilma Rousseff fue finalmente destituida de su investidura como Presidenta de Brasil. La separación del cargo fue aprobado por 61 votos a favor y 20 en contra, sin abstenciones, de un quórum de 81 senadores.
La ahora ex mandataria fue declarada culpable de “crímenes de responsabilidad” y requería de 54 votos favorables para permanecer en el cargo.
La votación de acerca de la destitución fue separada respecto a la de la inhabilidad para ejercer cargos públicos en los próximos ocho años por petición de parlamentarios aliados a Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Ahora, quien asumirá la presidencia de Brasil es el vicepresidente Michel Temer, quien fue acusado por la propia ex jefa de Estado de haber maniobrado las acusaciones en su contra
En la segunda votación, relacionada con la inhabilitación para cargos públicos, la iniciativa no prosperó debido a que no logró el mínimo requerido. 42 votos fueron a favor, versus 36 en contra y tres abstenciones.
En esta última ronda, también se requerían 54 aprobaciones para hacer efectiva la inhabilitación, por lo tanto Dilma Rousseff podrá continuar ejerciendo funciones públicas.