La forma en que la Fuerza Aérea (FACh) vende las imágenes Satelitales a los diferentes ministerios es una de las estacas que dejó la dictadura para mantener el negocio de las Fuerzas Armadas. Hoy se discute tener una política espacial que aporte no tan solo al desarrollo militar, sino que ponga su acento en el desarrollo de políticas civiles.
El observar nuestro territorio desde el espacio genera la posibilidad de desarrollar mejores políticas de planificación social, observación sobre las cuencas hídricas y desastres socio-naturales; por lo que contar con éstas de forma constante aportaría en el seguimiento de fenómenos sociales, ambientales, geográficos y físicos, por nombrar algunos.
Por ello, el que el Estado deba pagar por disponer de ellas resulta vergonzoso. Así lo indicó a Diario y Radio Universidad de Chile el astrónomo José Maza: “La adquisición de satélites en Chile ha estado enmarcada en una carrera armamentista que está preocupada de cuánto dinero gastó Perú, Bolivia o Ecuador. Eso me parece patético. Que la FACh venda las imágenes a privados, me parece perfecto, ya que las empresas usan estos datos para incrementar sus negocios. Pero que dentro del Estado, una institución le tenga que pagar a otra me parece bastante irregular”, declaró el profesor de la Universidad de Chile.
Asimismo, el académico hizo hincapié en que la venta de imágenes que ha desarrollado la Fuerza Aérea no es el único problema que existe en este desarrollo de la política espacial, sino que algo más grave es la falta de profesionales formados para analizar estos datos que se están obteniendo mediante la observación remota.
“Todos los científicos están alegando para que se establezca un Ministerio de Ciencia y Tecnología y que éste tenga políticas de desarrollo para el país. Chile invierte un 0,3 o 0,5 por ciento del producto interno bruto en investigación y desarrollo, lo que es un chiste. No sacamos nada con tener una muy buena infraestructura si no vamos a poner más dinero para que la infraestructura funcione. En política aeroespacial es lo mismo, no tenemos infraestructura y no se está gastando lo suficiente para que exista un desarrollo en esta materia”, afirmó el astrónomo.
Un punto importante dentro de la nueva institucionalidad que propone la presidencia es que la agencia espacial estaría dentro del Ministerio de Ciencias y Tecnología, lo que exige que se haga un fuerte inversión en capacitación de personas con estudios doctorales y post doctorales que aporten en la construcción de conocimiento respecto a las diferentes áreas que se pueden tatar mediante la observación remota desde satélites.
Modificar esta ley que asegura montos por más de 700 millones de pesos para la FACh depende solo del Ejecutivo. Así lo expresó el diputado socialista Leonardo Soto, quien además puntualizó la importancia que tiene desarrollar esta nueva legislación. “Generar un trabajo colaborativo entre las instituciones y no con un tratamiento como si el Estado fuera privado, podría aportar en avanzar en una política espacial”, dijo.
Según los expertos, si no existe una modificación profunda a la ley, no se podrá avanzar en el manejo de los recursos con que se cuentan y menos desarrollar una agencia espacial que aporte en el desarrollo civil que es para lo que se deben invertir los fondos del Estado.