“Hoy existe una incipiente identificación de los chilenos con el pueblo Mapuche porque nuestras demandas son transversales”, afirmó la abogada Patricia Lienlaf, luego de la masiva marcha de los pueblos originarios en el contexto de un nuevo 12 de octubre.

En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, Lienlaf afirmó que “cuando comenzó esta marcha iban cerca de 100 personas, hoy el número ha aumentado y eso evidencia el apoyo a nuestras reivindicaciones”.

Para la profesional, “el pueblo Mapuche ha levantado diversos temas que afectan a las personas como el abuso de los recursos naturales, la irrupción de las forestales y de las mineras que nos generan un despojo territorial y el traslado de nuestras poblaciones a las grandes ciudades”.

La abogada agregó que “la ceguera del Estado es tan grande que llega a tal punto de impedir resolver el problema a futuro y eso perjudica a muchas personas incluso a los hermanos chilenos que viven en la zona”.

En ese sentido Patricia Lienlaf criticó la cantidad de recursos que se otorga a las policías para reprimir al pueblo Mapuche “lamentablemente lo que el Estado de Chile ha hecho durante la posdictadura es resolver el problema a través de la represión y destinar una gran cantidad de dinero para que la policía funcione como guardias de las empresas forestales y latifundios”, señaló.

La abogada recalcó que se trata de dar una connotación negativa por parte de las autoridades a las demandas de las comunidades “hay un saqueo de los recursos naturales que es abismante y eso la prensa y el Estado lo ocultan y se da una carga negativa al pueblo Mapuche cuando la verdad es que son las grandes empresas las que provocan este saqueo a cambio de dinero que más encima se lo llevan fuera del país”, afirmó.

Para finalizar Patricia Lienlaf comentó que en Pailahueque “se instaló una nueva base policial donde antes había un liceo técnico, al que acudían estudiantes mapuche o no mapuche a estudiar una carrera, hoy ya no existe y eso demuestra que el Estado privilegia, en la Araucanía, la represión sobre la educación”.