El golpe de Estado y la larga noche de la dictadura cívico-militar iniciada a partir de ese fatídico martes 11 de septiembre de 1973, ha proporcionado a las artes, el cine, el teatro y la literatura un abundante material excepcionalmente poderoso para redibujar el imaginario personal y colectivo del país, y desde ahí iluminar con más certeza y estremecimiento la historia reciente de Chile. Y quizá es en la ficción el soporte por excelencia donde se guardan y perpetúan esas historias, esos trazos de vida donde se manifiesta el poder de la palabra para construir un relato que adquiere una inmensa fuerza y profundidad, sin olvidar el humor y la ironía.
Pinochet Boy, la cuarta novela del periodista y escritor chileno Rodrigo Ramos Bañados (Antofagasta, 1973) –apelativo que designa a todos los que vivieron su infancia, adolescencia y juventud con el telón de fondo de esos diecisiete años de dictadura, y que marcara a fuego a generaciones de chilenos – narra el tránsito de un “hijo” de ese periodo y los nocivos efectos sobre la población. Todo expuesto a través de varias personalidades, una visión mordaz de ese “engendro” formado en ese período de la historia nacional, un personaje que responde a ese modo de estar en el mundo y que se profundizó durante las dos décadas siguientes de eterna transición.
Mirko, el protagonista de la novela, crece en el Norte al interior de una familia evangélica, asiste a colegios públicos y privados donde es discriminado. Ya adulto, debe sobrevivir en el paraíso del neoliberalismo, cultivando el deporte nacional del codazo y la competencia hasta con la propia sombra, un periodista que debe adaptarse a los vaivenes y precariedad del gremio, y “por una cuestión de necesidad” debe trabajar “en uno de esos periódicos que fustigaba en la universidad por ser cómplices pasivos”. Uno de sus vértices es Pedro, un escritor de provincia que envía cuentos a concursos nacionales y extranjeros, mientras acumula años y frustraciones. El otro ángulo es Leonidas, una “versión desmejorada de ambos” quien relata esos días desde un atormentado presente.
Muchos de las situaciones y diálogos de estos personajes resultarán reconocibles. Como el reflejo de una época, un entramado político y social derruido, y en la que ya podemos observar las profundas grietas de sus cimientos. Las herramientas de adormecimiento social como el consumo, la televisión y la farándula transformados en “el útero donde crecieron los chicos violentos contemporáneos, armados y fanáticos de las películas Rápido y furioso. Chicos que disparan contra los estudiantes que protestan por su derecho a una mejor educación. Chicos que defendían a balazos su auto enchulado. Chicos consumidores de farándula, porque se proyectaban como el futbolista o la modelo de moda. Chicos analfabetos después de todo”.
Situaciones tragicómicas del panorama cultural nortino en el que deambulan escritores malditos, escritores reconocidos como Chaqueta, “quien para su dicha había dado con la fórmula y se había transformado en un best seller. Chaqueta era el estandarte de la feria del libro de la ciudad. Chaqueta hacía talleres de literatura para la minera. Chaqueta bendecía o maldecía, para estar bien en la cultura, debías estar en el bando de Chaqueta”. Ramos Bañados devela los artilugios desplegados sobre “el botín” que significan los fondos que las empresas mineras trasnacionales destinan al desarrollo de la cultura local, como un lavado de imagen frente a la ciudadanía para poder seguir contaminando el territorio tranquilamente.
Rodrigo Ramos Bañados traza un juego narrativo en el que las personalidades de Mirko se irán superponiendo planteándole un desafío al lector, quien irá conociendo los diferentes ángulos del personaje. Las variantes de un sujeto en distintos momentos de su vida junto a las contradicciones y miserias de la condición humana. Como en un pasillo de espejos deformantes en el que hechos, diálogos y personajes adquieren forma y fondo de trazos precisos y bien logrados.
De esta forma, Pinochet Boy es una novela dinámica, punzante y excelentemente bien escrita. Una propuesta narrativa que pone sobre la mesa los corroídos engranajes que conforman los conflictos de Mirko y sus circunstancias, un golpe de zoom que traza un certero retrato del Chile actual.
Pinochet Boy
Rodrigo Ramos Bañados
Narrativa Punto Aparte
162 páginas.