La explotación del litio se ha convertido en un negocio sumamente rentable. El denominado oro blanco sufre el alza de su valoración y en ese escenario Chile cumple un rol protagónico.
Según el servicio geológico de Estados Unidos, las reservas mundiales de litio contendrían alrededor de unas 13 millones de toneladas, de las cuales 7,5 millones corresponderían a Chile.
Junto con Argentina y Bolivia, Chile se encuentra dentro de lo que se ha denominado como el “triángulo del litio”, una zona que en nuestro país abarca desde la región de Arica y Parinacota hasta la de Atacama, concentrándose en el salar de esa región una porción importante del material.
Es precisamente en el salar en donde las empresas Soquimich y Rockwood tienen contratos para la explotación del litio. Esta última acaba de extender su contrato con CORFO para aumentar la cuota de extracción.
El nuevo acuerdo elevará la capacidad de producción hasta las 80.000 toneladas métricas anuales de sales de litio. Según Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de CORFO, esto le permitirá al país recuperar el terreno perdido durante los últimos años en el mercado del litio. En 2005 la participación de Chile en ese mercado llegaba al 45%, y al 2016 había caído a un 35%. Bitrán, además, es optimista por el aumento de ingresos en las arcas fiscales.
“Los elementos centrales del acuerdo son, en primer lugar, una modificación sustancial de los pagos a CORFO, con las regalías más altas del mundo, pagos que van hasta el 40% del precio pr sobre 10 mil dólares. Entonces estamos hablando que, con las proyecciones de precio que vemos en el mineral, estimamos que este cambio de contrato en 25 años le debiera significar al Estado 2.700 millones de dólares adicionales” afirma Bitrán.
La empresa Rockwood se comprometió dentro del contrato a donar un porcentaje del 3% de las utilidades a las comunidades locales.
Son las mismas comunidades las que han manifestado su inquietud por las condiciones de la explotación.
La afectación de los recursos hídricos es una de las grandes preocupaciones que expresó la Comisión Nacional del Litio en su informe. El litio es un elemento abundante en el mundo, pero la particularidad del litio del salar es que está disuelto en agua, y no en piedra. Al encontrarse en dicha condición, para el proceso es necesario extraer esa agua, y esa es una de las preocupaciones de las comunidades locales.
Así lo afirma Rolando Humire, bioquímico y representante de las comunidades en la comisión nacional del litio.
“El proceso actual que se usa para la extracción del litio tiene mucho que ver con la evaporación de agua. Se evaporan millones de metro cúbicos de agua al año y esa agua no vuelve al sistema del salar. Esa agua no se pierde, pero deja de estar en el sistema y eso tiene impactos en la vegetación, en las lagunas y en todas las formas de vida”, señala Humire.
Para los expertos ambientalistas el problema dice relación con la poca investigación que existe sobre el impacto ambiental de la extracción del litio. No hay estudios que den cuenta de las repercusiones hídricas que pueda conllevar el proceso, ni tampoco de las consecuencias que pueda implicar para la flora y la fauna local. Flavia Liberona, Secretaria Ejecutiva de la fundación Terram, es enfática a la hora de señalar que debe existir mayor regulación en este aspecto.
“La extracción de litio se hace con mucha agua y, por lo tanto, está afectando a todo el sistema hidrológico de esta zona. Eso se ve en que disminuye la presencia de aves, disminuye la flora, y ese impacto se refleja en distintos lugares. Nuestro llamado ha sido a entender un poco mejor lo que son los salares y que se haga una evaluación ambiental en consecuencia y no como hoy día, que se hace una evaluación para apoyar los proyectos de inversión minera como la extracción del litio”, declara la bióloga.
El litio vive un boom incipiente y con el auge de los autos y baterías eléctricas probablemente se convierta en un material codiciado de aquí a algunos años. Esto abre el debate sobre cómo debe operar el Estado de Chile para que las riquezas del litio se queden en el país y para llevar a cabo los procesos de extracción de forma responsable y amigable con el medio ambiente. Lo más complejo está por venir.