Con un emplazamiento directo a Sebastián Piñera y Manuel José Ossandón “a debatir ahora el proyecto político que Chile necesita”, el precandidato presidencial de Evópoli, diputado Felipe Kast, recibió 130 propuestas programáticas de parte del centro de estudios Horizontal, vinculado a la colectividad, que serán el fundamento del programa de Gobierno del parlamentario.
Las propuestas presentadas se agrupan en tres ejes. Económico, social y político. En el primero lo fundamental es modificar la actual Reforma Tributaria bajando los impuestos a las personas e integrar el sistema con una tasa única impositiva de 27 por ciento, y así “terminar con todos los privilegios tributarios que hay en Chile”.
En materia social, se propone “reformar la Reforma Educacional”, invirtiendo el objetivo del financiamiento priorizando la “Agenda de infancia”: “Nueve de cada diez pesos de aumento en presupuesto de educación irán aquí”. También se plantea integrar visiones multidimensionales sobre pobreza, no sólo el ingreso salarial.
En este mismo ámbito, Evópoli propone fusionar el Ministerio de Desarrollo Social con el de Vivienda y así cambiar el foco de estas carteras en la lucha contra la pobreza.
Finalmente, en el eje político proponen reducir de 24 a 14 los ministerios, incorporar un 30 por ciento de capital privado a Codelco para “intervenir su forma de gobernanza”. Además, en materia de política indígena se propone el reconocimiento constitucional e implementar cuotas de representación parlamentaria para los pueblos originarios.
También en el ámbito valórico permitir el Matrimonio Igualitario, fortalecer el marco regulatorio antidiscriminatorio.
Precisamente, el diputado y precandidato presidencial conversó con Radio y Diario Universidad de Chile sobre la forma de conciliar al interior de Chile Vamos esta agenda valórica, que desde ya ha generado roces al interior de la coalición, ya que la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe ha desestimado propuestas como Matrimonio Igualitario o la Ley de Identidad de Género.
Sobre este punto, Felipe Kast fue enfático en señalar que dichas diferencias, considera que serán insalvables entre ambas colectividades por lo que se tendrán que expresar a la hora de la legislación.
¿Cómo conciliar las diferencias programáticas al interior de Chile Vamos, especialmente entre la UDI y Evópoli?
En materias valóricas vamos a tener diferencias que no crean que sean salvables, o sea que no van a ser consensuadas, simplemente van a ser diferencias que en el momento de la votación, tal vez, vamos a votar más parecidos a grupos más liberales y ellos no van a ser parte de nuestra agenda en esa materia.
¿Cómo se puede convivir con liderazgos como el de Jacqueline van Rysselberghe en la UDI, quien ya ha planteado que defenderán posiciones más conservadoras en la derecha?
Vamos a hacernos respetar en nuestras posiciones y no vamos a insultar a nadie por pensar distinto, pero no vamos a tolerar que nadie nos haga movernos de nuestros planteamientos. Yo veía en las elecciones pasadas que algunos candidatos presidenciales como que transaban sus visiones para ser aceptados dentro del sector. Nosotros no estamos dispuestos, por lo menos en materia valórica, a transar lo que pensamos.
Usted ha sido crítico también de los liderazgos de Gabriel Boric y Giorgio Jackson
Los liderazgos de Boric y Jackson es un liderazgo que, básicamente, le habla a la izquierda. Ellos tienen una visión de un modelo socialista, le plantean a Chile con todas sus letras, que quieren una ruta por esa vía, yo creo que es una ruta completamente equivocada, pero tienen todo el derecho ellos a plantear su visión de sociedad y nosotros a plantear la nuestra, y en la democracia, afortunadamente, es una competencia de ideas y son los ciudadanos quienes, finalmente, evalúan más allá de la simpatía personal cuál es, efectivamente, el camino para el desarrollo que uno quiere para el país.
En materia de reforma previsional, ¿cuál es la propuesta de su candidatura?
Hay tres ejes: más competencia, más solidaridad y más ahorro. Más ahorro es que hay muchos sectores de la ciudadanía que hoy día no ahorran, no ahorran los que boletean, no ahorran los independientes y hay que, obviamente, obligarlos a ahorrar así como cuando tú haces una boleta de honorarios te descuentan el 10 por ciento para tus impuestos, tienen que descontarte para tus ahorros, sino vas a llegar a la adultez y, finalmente, el Estado no se va a haber hecho cargo previamente con su fomento de ahorro. Lo segundo es más solidaridad, eso significa un pilar solidario de verdad. Desgraciadamente, eso no ha ocurrido así, el pilar solidario todavía es muy pequeño, y por lo tanto yo ahí sí que discrepo con los que hablan del sistema de reparto porque le sistema de reparto significa que son los trabajadores los que pagan la solidaridad del otro, yo prefiero que sean las empresas las que pagan la solidaridad de los otros, y esos son impuestos generales, no con impuestos al trabajo, y ahí está la gran diferencia entre mi propuesta y la que plantea Luis Mesina con No+AFP que quiere volver al sistema de reparto. Y lo tercero es más competencia, hoy día las AFP están ganando muchas utilidades que no corresponden y eso es porque, básicamente, no hay competencia entonces si uno hace una estimación seria debieran ganar por el capital invertido, por el esfuerzo que hacen 200 millones de dólares, están ganando 600, y ahí la forma es licitando ciertas carteras y es fácil hacerlo. Aquí el pecado de que las AFP no estén funcionando como debiera es de la política, no es ni siquiera de las AFP, es pecado de la política que no ha regulado antes este sistema para que funciones bien.
Usted plantea en materia de nueva Constitución generar una Carta Fundamental “mínima” ¿Es el modelo estadounidense el que proponen?
Es una Constitución que va en la dirección de la de Estados Unidos, que efectivamente permite que la democracia funcione, porque al final si tú tienes una Constitución maximalista lo que haces es matar los espacios para que la política del día a día se haga cargo de los problemas, entonces al final una Constitución maximalista es bastante dictatorial, porque significa que nosotros tomamos las decisiones para el futuro, es bastante injusto también con las futuras generaciones que las dejaremos con las manos atadas. En cambio, una Constitución mínima define pocas cosas, pero deja mucha libertad para que enfrenten los desafíos sociales de forma más honesta, porque hay algunas constituciones maximalistas que te dicen ‘te voy a solucionar los problemas de salud’, y te vas al consultorio y no te atienden, claro está escrito en la ley que vamos a tener una salud para todos de calidad, pero llegas al lugar y te encuentras con que no ha pasado mucho, entonces también es un poco mentirosa la Constitución maximalista. La Constitución minimalista tiene la virtud de que no tiene enclaves, sino que fija pocos lugares mínimos, y después deja libertad para poder operar hacia futuro.
En estas 130 propuestas, ustedes plantean compromiso “amplio y abierto” con la defensa de los derechos humanos ¿Significa eso que entregarán, por ejemplo, beneficios carcelarios a condenados por crímenes de lesa humanidad?
Creo que aquí lo que corresponde, cosa que he hablado también con Tucapel Jiménez, es que tengamos una norma más universal donde, efectivamente, si es que hay alguien que está postrado, con una enfermedad terminal, pueda cumplir su pena en otro lugar, y hay bastante consenso en aquello. Lo que sí nosotros tenemos una convicción clara y es que la centro derecha no puede, y yo sé que hay varios que han hecho ese esfuerzo, no puede nunca justificar la vulneración a los derechos humanos histórica que ha ocurrido en Chile, por contextos circunstanciales. No hay ningún contexto, no hay ninguna situación, por muy difícil que haya sido, que justifique aquello. Y eso nos va a permitir mayor reconciliación, mayor conversación, mayor diálogo si es que es genuino este compromiso con los derechos humanos. Y lo mismo yo pediría en la izquierda, si aquí tenemos todos que hacer un compromiso irrestricto con los derechos humanos con Chile, en el pasado, con otros países que, tal vez, están sufriendo violaciones a los derechos humanos hoy día, de izquierda y derecha en otras partes del mundo, y ese compromiso debiese ser un patrimonio, nosotros debiéramos ser el ejemplo mundial en materia de derechos humanos por la historia que vivimos. Logramos volver a la democracia, hemos tenido muchos logros, pero desgraciadamente todavía algunos no han avanzado lo suficiente como para que esto sea un patrimonio universal.
En las propuestas se plantea que para luchar contra el narcotráfico en las poblaciones, incluso se pediría el apoyo al Ejército ¿eso es reconocer el fracaso de las policías en esta labor?
Lo decía muy bien el capellán del Hogar de Cristo: hay ciertas poblaciones donde ya no está en el Estado de derecho, están tomadas. Es como cuando hay gente que tienen terror pedirle al Ejército que ayude, porque están tan traumados por el pasado que se asustan, dicen que eso significaría entregar poder. No es entregar ningún poder, es decirle a funcionarios del Estado de Chile que te ayuden a recuperar el orden en ciertas poblaciones, que sabemos cuáles son, tenemos perfectamente identificados, para que podamos restituir el orden y que esas familias que están dentro de esas poblaciones, que están atrapadas ahí, puedan eventualmente vivir en paz. Acuérdate lo que le costó a la Presidenta Bachelet pedirle ayuda al Ejército en la emergencia, yo estaba en la emergencia sin los militares, le digo al tiro: no habríamos podido construido ni un 10 por ciento de las mediaguas que teníamos que construir después del terremoto. Hay que dejar esos traumas estúpidos y ponernos a trabajar para que cuando haya una población tomada, pidamos ayuda a todos los organismos del Estado. Más encima los uniformados, muchas veces, felices lo hacen. Mientras más ayuda social le pedimos al Ejército, el Ejército se pone más feliz. Y algunos, a veces, por trauma no se atreven a pedir ayuda.
¿Y cómo abordaría el conflicto en La Araucanía?
El tema de fondo tiene que ver con la inteligencia, que tenemos un déficit brutal y con la justicia. Tenemos un problema con la justicia que no está funcionando lo suficientemente bien, los fiscales creo yo están al debe, pero además con la inteligencia, porque las responsabilidades son compartidas, y la autoridad política tiene que ser clara en esto, si al final la violencia en La Araucanía, perdóneme que le diga, pero es la gran excusa de la violencia es la causa mapuche, pero el 90 por ciento de los mapuche no tiene ninguna simpatía con esa violencia. Entonces, tratar de que se aprovechen de la causa mapuche, que es legítima, que tiene una gran oportunidad para el país, para justificar su violencia, sus atentados no tiene ningún sentido. La autoridad política tiene que ser capaz, cada vez que ve violencia, de condenarlas con todas sus letras y separar aguas con la causa mapuche, que es muy legítima y no prestarse para esta suerte de legitimación de la violencia que algunos buscan con la causa mapuche.