A medio siglo del otro “Cruce de Los Andes”

En 1967, y para conmemorar los 150 años de la travesía independentista, la Asociación Ciclista de Mendoza organizó un doble “Cruce de los Andes”: la competencia ciclística Mendoza-Santiago-Mendoza. Se concretaba así el sueño de muchos pedaleros de cruzar la cordillera en bicicleta.

En 1967, y para conmemorar los 150 años de la travesía independentista, la Asociación Ciclista de Mendoza organizó un doble “Cruce de los Andes”: la competencia ciclística Mendoza-Santiago-Mendoza. Se concretaba así el sueño de muchos pedaleros de cruzar la cordillera en bicicleta.

El bicentenario del “Cruce de los Andes” del Ejército Libertador está siendo recordado con diferentes  homenajes, lanzamientos de libros y artículos de prensa. Pero hace medio siglo hubo otra travesía que constituyó una epopeya deportiva que marcó el comienzo de una nueva etapa del ciclismo sudamericano emulando a las grandes vueltas de Francia, Italia y España.

En 1967, y para conmemorar los 150 años de la travesía independentista, la Asociación Ciclista de Mendoza organizó un doble “Cruce de los Andes”: la competencia ciclística Mendoza-Santiago-Mendoza. Se concretaba así el sueño de muchos pedaleros de cruzar la cordillera en bicicleta. Otrora los periódicos y revistas deportivas argentinas y chilenas consignaban la hazaña de ciclistas que atravesaban la cordillera tardando incluso meses en su viaje de ida y regreso.  En el caso de Chile, fue famosa la travesía del dúo de campeones Raúl Torres y Raúl Ruz para comenzar una exitosa estadía deportiva en Argentina en los años treinta.

La carrera, inédita en el mundo por la dureza del ascenso a la montaña alcanzando hasta una altura de 3150 metros, comenzó el día miércoles 18 de enero de 1967 en un lugar llamado “Plumerillo” ubicado a a 8 kms del centro de Mendoza, exactamente desde donde inició su marcha el Ejército Libertador. El recorrido de ida y vuelta entre Mendoza y Santiago se dividió en 9 etapas totalizando 844 kilómetros. Las características y resultados de cada etapa fueron los siguientes:

cuadro
Sumados los tiempos de las etapas el ganador definitivo (y desde el primer día) fue el ciclista bonaerense Delmo Delmastro que recorrió los 844 kilómetros en 27 horas 40 minutos y 43 segundos a un promedio de 31,2  kilómetros por hora.  En segundo lugar clasificó el mendocino Ernesto Contreras a 4 minutos y 30 segundos del ganador. Tercero resultó el brasileño José Sunseri a 22’10” y cuarto el ecuatoriano Víctor Morales a 22’50”. De los 66 competidores (que representaban a 15 equipos de 6 países) que comenzaron en Mendoza sólo 48 llegaron a Santiago y 39 cruzaron la meta final en Mendoza, el último a 6 horas 43’46” del ganador. Por otra parte, Mendoza ganó a Buenos Aires, Brasil, Ecuador y Perú en la clasificación por equipos. El “premio de montaña”, que otorga puntajes por las ascensiones a los puertos más exigentes, fue ganada por Ernesto “cóndor” Contreras con 21 puntos sobre 18 de Delmastro.

Por Chile participaron dos equipos: Audax Italiano de Santiago y  una selección de Viña del Mar.  El capitán y líder del equipo audino, Manuel González, que se encontraba en el 10° puesto de la clasificación general, sufrió un accidente en la penúltima etapa y tuvo que abandonar. Los únicos chilenos que finalizaron la competencia fueron Víctor “Tomé” Arriagada (19° a 2:22’24”) y Hernán “Pollo” Delgado (20° a 2:26’49”) que alcanzó el 4° lugar en el “premio de montaña”. El audino Jaime Vega y los viñamarinos Luis Jara, Luis Sassi  y Carlos Warnke (con 18 años el más joven de la competencia) tuvieron que abandonar por caídas y por falta de repuestos (principalmente tubulares). Cabe señalar que el chileno Pedro Osses, residente y ciclista en Río Negro, terminó en el lugar 31° (a 3:43’45”).

El doble “Cruce de los Andes” se ganó un lugar en la historia ciclística mundial por su dureza y exigencia y consagró a sus propios héroes, marcando el comienzo de un período inolvidable del ciclismo sudamericano y chileno.  El “Cruce” se repitió en los años siguientes y nuevos “ejércitos” de ciclistas argentinos, chilenos y sudamericanos cruzaron la cordillera protagonizando gestas deportivas, no siempre fraternas, que hasta hoy se recuerdan.





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