“Estamos ante un estancamiento secular, donde las únicas que se ven favorecidas con el bajo crecimiento son las grandes empresas”. Así resumió el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, su opinión sobre el último Índice de Actividad Económica (Imacec) dado a conocer este lunes por el Banco Central.
El experto precisó que este estancamiento significa que el país está impedido de crecer más producto de que no existe fuerza en la demanda agregada, es decir, los trabajadores no tienen recursos suficientes para reactivar el consumo.
Según la cifra del instituto emisor, la economía chilena alcanzó un 1,2 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que representa un aumento de 0,9 por ciento respecto del mes anterior y de 1,0 por ciento en los últimos 12 meses.
Gonzalo Durán recalcó que el Imacec dista mucho de las utilidades dadas a conocer por las grandes empresas, que en casos supera el 25 por ciento, debido principalmente a la contracción de los salarios, que impide un incremento en la demanda.
“Quienes se estancan son la gran mayoría de los chilenos y, por lo tanto, se necesitan reformas que permitan dinamizar o mover los motores de la economía y ahí se dejó pasar una oportunidad relevante con la reforma laboral, porque tenemos, por ejemplo, el caso de la negociación colectiva por rama de actividad económica, algo que se practica en muchos países desarrollados y que en Chile ni siquiera se entró en esa discusión”, precisó.
La “ideología empresarial”
Para el Académico y economista de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, esta disparidad en las cifras obedece a una conducta ideológica empresarial que consiste en restringir la inversión y su gasto, debido principalmente al período eleccionario que está en curso.
Salas indicó que a esto se suma la política conservadora del Ministerio de Hacienda de no haber aumentado la inversión directa a través del presupuesto. Además, el experto precisó que producto de los incendios se tendrá que hacer un gasto mayor en materia de obras públicas y viviendas por reconstrucción.
“Se debe a una conducta de orden político, anclada en algunas ideas respecto de lo que podrían constituirse la profundización de algunos elementos de la reforma laboral, tributaria, etcétera, que significa para ellos condiciones que aparentemente las encuentran con baja perspectiva de estabilidad. Yo diría que es ese el elemento importante, pero esa situación se va resolver en la próxima elección presidencial”, argumentó.
En tanto, para el Profesor Titular del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, durante todo el 2017 las cifras de la actividad productiva serán débiles, es decir, no se dispararán más allá del 2 por ciento.
Ramos precisó que la economía está débil, pero no en recesión, por lo que según él, sería un despropósito que el Ministerio de Hacienda modificara su política fiscal, que actualmente está basada principalmente en un balance estructural donde el factor preponderante es el precio del cobre.
“Puedes tener utilidades sin vender más, sin producir más, si es que logras reducir costos. Entonces muchas de las empresas venden más, un 2 por ciento, pero los costos lo bajas al 10 por ciento por inventar una cifra, ahí las utilidades pueden subir significativamente y no es algo que es fácil mantener. Es decir, tarde o temprano no hay tanta gasa para cortar y probablemente las utilidades vayan creciendo en forma proporcional al incremento en ventas, pero reducir costos debe ser una manera de tener mejores utilidades aún en un contexto de ventas débiles”, detalló.
En tanto, el Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés se manifestó optimista luego de conocer el Índice de Actividad Económica de diciembre que alcanzó el 1,2 por ciento.
El secretario de Estado precisó que la cifra refleja una recuperación, principalmente debido a que “desde enero del año 2015 no se alcanzaba una cifra tan favorable”.
Valdés advirtió que febrero será un mes con baja expectativa producto de los incendios forestales y el conflicto laboral en Minera Escondida.