Identificar las microalgas presentes y disminuir el riesgo de mortalidades en la acuicultura, son los objetivos del paquete de medidas anunciadas por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) contenidas en la Resolución de Emergencia de Plagas emitida recientemente.

Las medidas se habrían tomado después de conocerse la mortandad de al menos 120 toneladas de salmones en las cercanías del Golfo de Penas, al sur de la región de Aysén. El hecho ocurrió durante el transporte marítimo de peces por dos embarcaciones pertenecientes a empresas exportadoras de la especie.

El Director Nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos indicó que, en conjunto con la Armada, se extenderá un polígono de vigilancia que abarca casi toda la costa de la región con el fin de advertir la eventual presencia de floración algal nociva.

“Estamos haciendo una vigilancia muy estricta del cumplimiento de las normas. Cuando se superen las 15 toneladas de mortalidad diaria o en el plazo de una semana, la disposición debe ser inmediata y si no, nosotros vamos a notificar a las empresas que no cumplan con este requisito. La idea es pedir y exigir a la industria que actúe tempranamente, para evitar situaciones como la vivida en febrero del 2016”, argumentó.

Asimismo, desde Sernapesca anunciaron la realización de un crucero científico a bordo de una nave de la Armada que zarpará desde Punta Arenas. La tripulación a cargo del muestreo y análisis, estará integrada por expertos en fitoplancton del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola y del Instituto de Fomento Pesquero.

La alerta de los expertos

Después de conocerse que más de 170 mil peces han muerto afectados por el surgimiento de una microalga tóxica en aguas del extremo sur del país, Greenpeace calificó como tardías y erradas las medidas que ha tomado el Servicio Nacional de Pesca y las empresas del salmón.

La coordinadora de Océanos de Greenpeace Chile, Estefanía González, indicó que el problema del cambio climático que ha derivado en la variación de las temperaturas de las aguas, además de la industria del salmón que ha vertido un exceso de nutrientes, está provocando esta proliferación de algas tóxicas para los peces.

“Nuestra investigación en función de la crisis en Chiloé demostró que 35 años de impacto de la industria salmonera que está adhiriendo al océano constantemente, a través de la alimentación de los salmones, de sus fecas, nutrientes al agua que desarrollan y fertilizan los blooms de microalgas es un sinsentido en este contexto.  En un contexto de cambio climático, de condiciones naturales cada vez más complejas donde vamos a tener el desarrollo de marea roja, lo último que uno hace es autorizar que una industria esté incorporando nutrientes en esos mismos lugares donde se desarrolla este tipo de bloom”, detalló.

Al respecto, el doctor en Oceanografía, Tarsicio Antezana calificó como insólita la reacción del Gobierno que aún no tiene conocimiento de las razones por la que han muerto los salmones.

El también biólogo marino de la Universidad de Chile, culpó a la industria del salmón y a los criaderos de choros de contaminar las aguas y el fondo marino con residuos fertilizantes que provocarían la proliferación de esta alga nociva para el ecosistema.

“Implica el aporte de nutrientes en exceso al ecosistema, digo en exceso porque los sistemas naturales no alcanzan a procesar, degradar, y se acumulan. Estas especies de microalgas son especialmente ávidas de amonio y de otros productos nitrogenados que el Gobierno aún no incluye monitoreo de nutrientes, nitrato, nitritos y amonio que la industria salmonera y también la de choros están evacuando en el mar”, subrayó.

Tanto organizaciones ecologistas como especialistas han dado la voz de alerta para que se impida que criaderos de salmón sean autorizados en la región de Magallanes. Un lugar donde aún los efectos nocivos de la industria no se conocen.