El mayor yacimiento de cobre del mundo suma ya tres semanas en huelga. Minera Escondida, responsable del 18% de la producción local de cobre, aún no logra amarrar un acuerdo con sus trabajadores.
Dentro de las propuestas del sindicato se encuentran un reajuste salarial del 7% además de un bono de término de conflicto de $25 millones. Hace poco más de una semana fueron esos los puntos que se plantearon al empleador en la reunión de mediación que tuvieron ambas partes. No obstante, desde la empresa ofrecieron un bono de $8 millones y reajuste 0, lo que sería uno de los nudos críticos del conflicto.
Hoy, distintos medios de comunicación recogieron las declaraciones de Andrew Mackenzie, CEO de BHP Billiton, la compañía dueña de Escondida, en las que afirmaba que habría habido acercamientos entre empleados y empleadores para dar fin al conflicto.
A través de un comunicado, los trabajadores de la minera desmintieron los dichos de Mackenzie, declarando que “a la fecha no se ha producido ningún contacto con los representantes locales de la empresa a fin de poder reinstalar conversaciones”. Además, el documento agrega que “los ejecutivos nacionales se mantienen en la postura de no respetar nuestro convenio colectivo, no discriminar a los trabajadores nuevos y no afectar los tiempos de descanso”.
Sobre las declaraciones del CEO, Carlos Allendes, vocero del sindicato n°1 -que mantiene movilizado a más de 1.500 trabajadores- es enfático en repetir lo que se menciona en el comunicado: “No tenemos negociación alguna. A raíz de lo que dijo el CEO, o alguien le mintió o él está mintiendo, porque nosotros no estamos negociando absolutamente con nadie”. Sobre el reajuste y el bono de término de conflicto, el dirigente sindical afirma que son puntos negociables y que no constituyen la base del petitorio. Asimismo, Allendes explica que los puntos intransables son tres: “respetar el pie de la negociación actual que está vigente; el no uso de los tiempos de descanso de los trabajadores dentro y fuera de la jornada laboral para aumentar la producción y la no discriminación de los trabajadores que serán contratados a futuro, incluyéndolos dentro de los beneficios que se obtengan producto de la negociación que se llevará a cabo”.
Las repercusiones económicas aún están por verse y son inciertas. Para Julián Alcayaga, abogado y economista especialista en cobre, las consecuencias no alcanzarían dimensiones preocupantes ni para el Estado ni para BHP Billiton: “No creo que existan repercusiones importantes para la economía. Si bien baja la producción, el aumento del precio del cobre es superior a la caída de la producción, entonces esto no provoca daño económico ni a la empresa ni al Estado. La baja de trabajo es compensada por el aumento del precio del cobre”. Probablemente uno de los coletazos los reciba el Imacec de febrero, producto de las significativas dimensiones de Escondida dentro de la actividad económica minera.
Debido a la paralización de las actividades se ha dejado de producir más de 60 mil toneladas de cobre y se calcula que por cada día de paralización se dejan de recibir cerca de 20 millones de dólares. Aún no existen acercamientos y los trabajadores han dejado entrever que estarían dispuestos a extender la movilización incluso hasta los dos meses.