El Sindicato N°1 de la minera Escondida informó que cursó una carta invitación a los ejecutivos de la empresa para conformar una mesa y discutir los tres puntos basales que fundamenta el conflicto laboral que se mantiene por 38 días.

Los temas son mantener el convenio actual, con todos los beneficios ganados por los trabajadores; equidad en los tiempos de descanso y jornada laboral; y que no exista discriminación, es decir, mantención de todos los beneficios para los nuevos trabajadores.

El vocero del sindicato que agrupa a más de 2.500 trabajadores, Carlos Allendes, indicó que a partir de las acusaciones por intransigencia y violencia por parte del presidente de Minera Escondida, se decidió invitar a dialogar a los ejecutivos para solucionar el conflicto: “En ningún momento hemos dicho que no queremos conversar, por eso hemos invitado a los ejecutivos a participar en un diálogo con un acta de acuerdo establecida donde vamos a tratar exclusivamente de zanjar los tres puntos, por lo que si salimos ambas partes con una resolución, la cual será presentada a las bases y entendamos que estamos estableciendo un piso, empezaremos a negociar en ese momento”, detalló.

Carlos Allendes denunció que la empresa, a través de su estrategia comunicacional, ha criminalizado la huelga, “por eso hemos decidido enviar esa carta, para que termine de calificar a los trabajadores como intransigentes y violentos”.

El presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), Manuel Ahumada, agregó que es la realidad laboral que a diario viven los empleados que se desempeñan en el sector cuprífero.

Ahumada indicó que “en el caso de los ejecutivos de Escondida, a través de sus medios de comunicación tradicional, dan énfasis a la cifra de 25 millones que piden de bono, olvidando los más de dos mil millones dólares que la trasnacional recibió como utilidad el año 2016.”

El presidente de la CTC dijo que el empresariado ve como una amenaza los procesos de negociación y no como una oportunidad para ponerse de acuerdo en problemas de fondo, como en el caso de la compañía controlada por BHP, que no ha querido discutir las tres peticiones básicas del petitorio colectivo.

Por su parte, el director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, Laureano Checa, aseveró que la mayoría de los medios de comunicación se rigen por una plantilla rígida al momento de dar cobertura a la huelga de Escondida: “En una primera etapa se resalta la testarudez y violencia protagonizada por los trabajadores, después la atención se centra en los salarios de los trabajadores, repitiendo el bono de 25 millones, que en ningún momento se compara con las utilidades de la empresa o con los riesgos, enfermedades laborales que afectan a los trabajadores mineros y finalmente la movilización en general, destacando el daño económico que significa para el país y su progreso”, indicó.

Laureano Checa agregó que se informa muy poco de las razones de fondo que provocaron la paralización y que los medios caricaturizan como “un sujeto egoísta” frente a la opinión pública.

El académico concluyó que este mismo proceder comunicacional se puede observar en huelgas como la del Registro Civil, centros hospitalarios y consultorios, donde se ponen parámetros de comparación absolutamente diferentes: “no se sabe el fondo y se compara peras con manzanas”.